Reseña literaria: Un millón de gotas (Víctor del Árbol, ed. Destino)

Espacio para contaros, con mi habitual falta de vergüenza y mucha egolatría, que me ha parecido tal y cual libro.

No había leído nada de Víctor del Árbol cuando empecé a encontrarme con varias reseñas de este Un millón de gotas y tenía tan buena pinta y la gente hablaba tan bien de este libro que me picó la curiosidad por leerlo.

Sinopsis

Cuando Laura, una policía sospechosa de haber torturado y matado al asesino de su hijo, aparece muerta, su hermano Mateo, un abogado atrapado en una vida en la que no es feliz y que trata de sobrevivir a la influencia de su suegro, decide investigar lo que ha sucedido. La investigación lo lleva a ahondar en las miserias de su vida y en el pasado de su familia, reabriendo heridas que son arrastradas desde la 2ª guerra mundial.

Opinión

Hay en ocasiones en las que coges un libro pensando que te va a gustar y descubres que más que eso consigue entusiasmarte. Eso es lo que ha conseguido Un millón de gotas.

La verdad es que cuando empecé a leerlo creía que estaba ante una novela negra más bien tópica, una historia de un abogado investigando el supuesto suicidio de su hermana, sospechosa de haber matado a un mafioso ruso que secuestró y acabó con la vida de su hijo, con su correspondiente bajada a los bajos fondos de la ciudad, policía corrupta, enemigos terroríficos, violenta, sordidez y una atmósfera emponzoñada por la maldad del ser humano. Y, sí, tiene todo eso, pero es mucho más, porque Un millón de gotas también tiene elementos de melodrama familiar y de novela de ficción histórica.

Es esta mezcla de géneros lo que enriquece una historia ya de por si interesante: por un lado tenemos la historia principal, con el bueno de Gonzalo tratando de resolver el misterio en torno a su hermana, por otro asistimos a la destrucción de su familia por culpa de una serie de secretos y mentiras que los van reconcomiendo por dentro hasta convertirlos en extraños que desean hacerse daño unos a otros por simple egoísmo. Y, de forma paralela, viajaremos al pasado para acompañar al padre de Gonzalo a la Rusia comunista, a donde viaja para formar parte del cambio social y político que esta viviendo ese país y termina  atrapado en Názino, un campo de concentración en la estepa.

Víctor del Árbol consigue meternos en la piel de sus personajes gracias al espacio que les otorga para que podamos conocer sus deseos, aspiraciones y frustraciones, presentándonos a un grupo de personas rotas, carcomidas desde en interior por los secretos y remordimientos que guardan y atrapadas en su cobardía que evita que se atrevan a cambiar las cosas. Para Gonzalo la muerte de su hermana es una especie de catarsis que le permite dejar de lado esa cobardía e intentar ser el hombre que siempre ha deseado ser, un hombre valiente, fuerte, como su padre. El problema es que esa catarsis se extiende en la vida de las personas que le rodean como las ondas provocadas por una piedra arrojada sobre la superficie del agua, provocando que todos se vean obligados a salir de su zona de confort y provocando que sus vidas empiecen a resquebrajarse.

Pero no solo los personajes hacen la historia interesante, sino también la estructura. Del Árbol salta adelante y atrás en el tiempo, dosificando la información, creando un rompecabezas que poco a poco se va completando y que termina encajando perfectamente . Es una lectura ágil, pese a sus más de 600 páginas y a contar con una trama compleja, con una estructura inteligente, muchas sorpresas -aunque alguna se ve venir- y que consigue despertar la curiosidad del lector.

Puede que a algún lector le produzca rechazo la violencia que inunda el relato, pero me parece muy interesante la reflexión sobre la capacidad del ser humano para hacer cualquier cosa por sobrevivir, sobre esa zona gris que supone estar vivo al precio que sea y tener que llevar siempre consigo una carga de conciencia que puede ser excesiva, que el bien y el mal en ocasiones pueden intercambiarse. En este caso la evolución de algunos personajes me parece impresionante y muy bien llevada.

En fin...

Un millón de gotas es una novela absorbente, con una historia mucho más elaborada y compleja de lo que parece en un primer momento y que consigue removerte por dentro. Es un estudio sobre la maldad inherente del ser humano y como el dolor puede hacer muy fina la linea que separa el bien y el mal. De lectura obligada.