Hoy les hablaré sobre La dama del lago (Lady in the Lake), adaptación de la novela homónima de Raymond Chandler dirigida y protagonizada por Robert Montgomery, quien también ejerce de director. La película cuenta como Phillip Marlowe, un detective privado, trata de solucionar sus problemas económicos reciclándose en escritor de novelas policíacas, pero la editora a la que entrega su manuscrito lo contrata para que encuentre a la esposa desaparecida de su jefe, la cual podría estar involucrada con una muerte.
Visto así no es más que otra cinta de cine negro de los años 40, con su detective con el agua al cuello, mujer fatale y misterioso encargo en el que nada es tan simple como podría parecer, pero lo que convierte a esta película en toda una rareza es que Montgomery decidió rodarla en primera persona, toda una proeza técnica en la época, para enfatizarla subjetividad de la historia, siempre narrada desde el punto de vista de Marlowe.
Esto es, al mismo tiempo, su mayor atractivo y su mayor problema. Por un lado es realmente curioso ver como todos los actores actúan mirando constantemente a la cámara (Marlowe) o como el protagonista , al que solo vemos cuando se refleja en un espejo, interactua con lo que le rodea: cuando debe abrir una puerta veremos su mano abriendo la puerta, cuando fuma el humo cubrirá la pantalla y cuando bebe el vaso se acerca a la cámara. Y si bien es cierto que se involucra mucho más al espectador, que tiene la sensación de ser el quien esta investigando, resulta un recurso un tanto prescindible y lastra la narración de la película, que se convierte en una sucesión de personajes mirando a la cámara mientras sueltan centenares de datos sobre lo que saben acerca de la desaparecida.
Pese a todo es una película interesante de ver, no ya solo por la curiosa puesta en escena, sino también porque pese a ser algo confusa nunca aburre.
Recomendada a: los amantes del cine negro y a los buscadores de rarezas.
Lo peor: que la propuesta simplifique enormemente la narración cinematográfica y casi la convierte en una atracción de feria. La trama es un tanto confusa.
Lo mejor: la manera en la que implica al espectador convirtiéndolo, literalmente, en el protagonista de la cinta. Un reparto exageradísimo que no hace más que enfatizar que están hablando con el espectador. El jugeton sentido del humor.
Y ahora les dejo con un trailer, algunos carteles e imágenes de la película:
Mi humildísimo homenaje desde mi tumblr. |
Entrada dedicada a Miquel Zueras, autor del blog Borgo.
Pues fíjate que justo en aquel año (1947), Bogart y Bacall rodaron otra peli también narrada en plano subjetivo. Se titula "La senda tenebrosa" y, esta sí, justifica mucho más esa forma de rodarla, ya que el personaje de Bogart quiere cambiar de cara debido a una serie de problemas con la justicia. Te la recomiendo.
ResponderEliminarIntentaré verla.
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