Sobran las palabras (Nicole Holofcener, EE.UU., 2013)

Ayer el Sr. Osito y yo fuimos al preestreno de Sobran las palabras en Valencia y al salir de la sala no paraba de pensar que la película me había recordado a otra que vi hace varios años y que me gusto mucho: Nadie es perfecto. Cual fue mi sorpresa al llegar a casa y comprobar que ambas cintas son de la misma directora. Pero mientras que varios años después sigo teniendo un buen recuerdo de Nadie es perfecto, dudo que en unas semanas recuerde demasiado esta Sobran las palabras.

Eva, madre divorciada que trabaja como masajista, siente que su mundo va a quedar vacío porque su hija esta a punto de irse a la universidad, pero entonces conoce a Albert que esta en su misma situación y con el que comienza una relación. Sin embargo pronto descubrirá que Albert es el exmarido del que su nueva clienta y amiga echa pestes sin parar y eso hace que Eva empiece a tener dudas sobre su relación con él.

A ver, no, no os equivoquéis, no es que la película sea mala, todo lo contrario: Sobran las palabras es una película simpática, agradable, divertida, ligera y buenrollera... tal vez demasiado. Personalmente me da la sensación que al tiempo que se busca profundizar en las relaciones sentimentales entre personas de mediana edad y en los sentimientos encontrados de los padres cuando sus hijos se independizan, el espectador sienta que su vida puede mejorar por haber visto una película con un mensaje super positivo. Vamos, que esta cinta es de esas que intentan decirte que si sonríes y eres amable tu vida irá a mejor porque tu entorno responderá del mismo modo; por el contrario, si refunfuñas, dudas o eres desconfiado la gente que te rodea será así contigo y las relaciones se enturbiarán. Lo malo es que este mensaje se remarca a gritos, siendo este su mayor defecto junto a la subtrama de la amiga de la hija de Eva (la Louis-Dreyfus), un ritmo que intenta ser suave y resulta algo lento, lo poco aprovechado que esta el matrimonio interpretado por Toni Collette y Ben Falcone (quiero un spin off para ellos y la chica que tienen contratada para la casa al estilo Modern Family ¡¡YA!!) y la falta de ese algo que haga que la película sea realmente inolvidable.

Por suerte, y como ya he dicho, la peli es simpática, agradablemente suave (los conflictos, cuando llegan, no son exagerados, sino que se plantean y desarrollan con naturalidad, sin estridencias) y divertida gracias a unos diálogos graciosos pero naturales y a unas buenas interpretaciones: Catherine Keener (habitual en las películas de la directora) se defiende como gato panza arriba con un personaje tipo la hierbas que pide a gritos estar más definido, Toni Collette hace buen equipo con un divertidísimo Ben Falcone, Julia Louis-Dreyfus (a quien había perdido de vista desde Seindfeld) consigue que pese a lo tonta e influenciable que puede llegar a ser su personaje no la odies y entiendas sus dudas y miedos y James Gandolfini hace que Albert sea tierno y encantador pese a sus defectos.

En mi opinión Sobran las palabras esta sobrevalorada, pero es una película muy agradable, perfecta para pasar un buen rato con un reparto perfecto y unos diálogos ocurrentes, pero le falta ese algo que haga que llegue a ser una gran película.

Recomendada a: los que echen de menos el indie de los noventa.

Lo peor: un mensaje buenrollista demasiado obvio.

Lo mejor: un reparto perfecto.