Rincón para compartir mi opinión de las películas que veo en cutrerreseñas súper pedantes. Porque yo lo valgo.
No sé vosotros, pero para mi la familia Panero era una completa desconocía hasta que mi santo, muy fan de este documental y poseedor de algunos de los libros escritos por varios miembros de la familia, me habló de ellos. Y he de reconocer que una vez empiezas a ver el documental no puedes evitar caer bajo su influjo.
Sinopsis
Años después de la muerte de Leopoldo Panero, considerado como el poeta oficial del régimen franquista, se reúnen su viuda, Felicidad Blanc y sus hijos, JuanLuis, Leopoldo María y Michi, para recordar el día del fallecimiento, pero también para analizar el peso de su padre en la familia y los claroscuros que han marcado sus relaciones y su estatus de escritores malditos.
Opinión
Lo dicho en la introducción: no conocía de nada a esta familia hasta que mi santo me hablo de ella. Reconozco que eso no dice mucho a mi favor en cuanto a mi educación cultural, pero he de decir como defensa que durante mi época de estudiante nunca se profundizó en la figura de Leopoldo Panero, uno de los poetas más importantes durante la dictadura de Franco... Vale, eso tampoco es excusa, porque podría haber investigado por mi cuenta, así que soy una de esas personas que han descubierto a la familia gracias a este documental de Jaime Chávarri. Llamame poser, porque no he leído nada de ninguno de ellos, pero eso no impide que tras haber visto el documental me haya quedado fascinado con esta familia.
Cuando El desencanto se estrenó pasó a ser una película de culto. En ella los hijos de Leopoldo Panero y su viuda hablaban de lo que supuso para ellos la vida junto al poeta -y junto a sus amistades, su problema con la bebida, que compartía casi toda la familia, y el maltrato hacia sus más allegados en forma de indiferencia, en la sombra que proyectó sobre la producción literaria de sus hijos y su mujer, etc-, pero, sobretodo, su muerte. De como pasaron de ser una familia adinerada de la burguesía franquista, con una vida despreocupada y cómoda, a tener que ir vendiéndolo todo para seguir adelante.
Si en un primer momento el protagonista es Leopoldo Panero, a quien nunca vemos y tan solo podemos imaginar su silueta a través de una lona que cubre una estatua para conmemorar su memoria en el 12º aniversario de su fallecimiento, cual Rebeca de Daphne du Maurier, es su hijo mediano, Leopoldo María, quien poco a poco se va comiendo el documental, primero desde la ausencia, al igual que el padre, y luego estallando con su presencia, su mordacidad y su descarada actitud la parte final del documental, en la que Felicidad Blanc -la viuda-, Michi -el hijo pequeño- y Leopoldo María no solo hablan juntos sobre la influencia del padre o los recuerdos de su infancia y juventud, sino también como cada uno de ellos ha ejercido una toxicidad enorme para el resto de la familia incluso en los mejores momentos.
Y pese a todo, pese a ese desencanto, pese a la amargura, la bilis y las flechas envenenadas que se lanzan unos a otros en forma de acusaciones y reproches, todo se mueve entre el drama más mórbido y la comedia más grotesca. De echo estoy segurísimo que, de algún modo, fue una gran influencia para los celebrities de Muchachada Nui, aunque es evidente que en el programa de humor van mucho más lejos. En más de un momento te sorprenderás carcajeándote -sintiéndote fatal por ello inmediatamente- ante alguna de las excentricidades o las declaraciones de los hermanos, cuyo tono -sórdido, duro, acusatorio y confesional- contrasta mucho con el amargo romanticismo que destila la viuda.
Siendo sincero, no sé si realmente cuentan la verdad, nos mienten a la cara o, simplemente, reinventan la realidad a partir de sus recuerdos, pero nada de eso evita que finalmente los veas como personas de carne y hueso y que puedas llegar a empatizar con los cuatro por muy excéntricos y resabiados que puedan llegar a ser.
En fin
El desencanto no solo nos permite descubrir a una familia de genios que cumple con el tópico de estar llena de complejos, problemas mentales, adicciones y dones que pesan como losas y que los convierte en artistas malditos, sino que en cierta manera hace un retrato del desmoronamiento de la dictadura y de cómo la España de la época reaccionó.
Recomendado a: los interesados en la historia reciente de España y, especialmente, con ganas de descubrir a esta familia de genios.
Lo peor: que por el tema en sí te parezca un tostón, pero ya te digo que en ningún momento aburre.
Lo + peor: que mientras que la madre habla un castellano con una dicción perfecta, a los hijos cuesta mucho entenderlos por su modo engolado de hablar y es acentillo pijo que tienen.
Lo mejor: el retrato que los protagonistas hacen de si mismos y de la familia -tanto si son sinceros o no- y ese paralelismo, buscado o no, con la caída del franquismo.
Sinopsis
Años después de la muerte de Leopoldo Panero, considerado como el poeta oficial del régimen franquista, se reúnen su viuda, Felicidad Blanc y sus hijos, JuanLuis, Leopoldo María y Michi, para recordar el día del fallecimiento, pero también para analizar el peso de su padre en la familia y los claroscuros que han marcado sus relaciones y su estatus de escritores malditos.
Opinión
Lo dicho en la introducción: no conocía de nada a esta familia hasta que mi santo me hablo de ella. Reconozco que eso no dice mucho a mi favor en cuanto a mi educación cultural, pero he de decir como defensa que durante mi época de estudiante nunca se profundizó en la figura de Leopoldo Panero, uno de los poetas más importantes durante la dictadura de Franco... Vale, eso tampoco es excusa, porque podría haber investigado por mi cuenta, así que soy una de esas personas que han descubierto a la familia gracias a este documental de Jaime Chávarri. Llamame poser, porque no he leído nada de ninguno de ellos, pero eso no impide que tras haber visto el documental me haya quedado fascinado con esta familia.
Michi de perfil y Juan Luis, el hermano mayor. |
Cuando El desencanto se estrenó pasó a ser una película de culto. En ella los hijos de Leopoldo Panero y su viuda hablaban de lo que supuso para ellos la vida junto al poeta -y junto a sus amistades, su problema con la bebida, que compartía casi toda la familia, y el maltrato hacia sus más allegados en forma de indiferencia, en la sombra que proyectó sobre la producción literaria de sus hijos y su mujer, etc-, pero, sobretodo, su muerte. De como pasaron de ser una familia adinerada de la burguesía franquista, con una vida despreocupada y cómoda, a tener que ir vendiéndolo todo para seguir adelante.
Si en un primer momento el protagonista es Leopoldo Panero, a quien nunca vemos y tan solo podemos imaginar su silueta a través de una lona que cubre una estatua para conmemorar su memoria en el 12º aniversario de su fallecimiento, cual Rebeca de Daphne du Maurier, es su hijo mediano, Leopoldo María, quien poco a poco se va comiendo el documental, primero desde la ausencia, al igual que el padre, y luego estallando con su presencia, su mordacidad y su descarada actitud la parte final del documental, en la que Felicidad Blanc -la viuda-, Michi -el hijo pequeño- y Leopoldo María no solo hablan juntos sobre la influencia del padre o los recuerdos de su infancia y juventud, sino también como cada uno de ellos ha ejercido una toxicidad enorme para el resto de la familia incluso en los mejores momentos.
Leopoldo María, Felicidad y Michi |
Y pese a todo, pese a ese desencanto, pese a la amargura, la bilis y las flechas envenenadas que se lanzan unos a otros en forma de acusaciones y reproches, todo se mueve entre el drama más mórbido y la comedia más grotesca. De echo estoy segurísimo que, de algún modo, fue una gran influencia para los celebrities de Muchachada Nui, aunque es evidente que en el programa de humor van mucho más lejos. En más de un momento te sorprenderás carcajeándote -sintiéndote fatal por ello inmediatamente- ante alguna de las excentricidades o las declaraciones de los hermanos, cuyo tono -sórdido, duro, acusatorio y confesional- contrasta mucho con el amargo romanticismo que destila la viuda.
Siendo sincero, no sé si realmente cuentan la verdad, nos mienten a la cara o, simplemente, reinventan la realidad a partir de sus recuerdos, pero nada de eso evita que finalmente los veas como personas de carne y hueso y que puedas llegar a empatizar con los cuatro por muy excéntricos y resabiados que puedan llegar a ser.
En fin
El desencanto no solo nos permite descubrir a una familia de genios que cumple con el tópico de estar llena de complejos, problemas mentales, adicciones y dones que pesan como losas y que los convierte en artistas malditos, sino que en cierta manera hace un retrato del desmoronamiento de la dictadura y de cómo la España de la época reaccionó.
Recomendado a: los interesados en la historia reciente de España y, especialmente, con ganas de descubrir a esta familia de genios.
Lo peor: que por el tema en sí te parezca un tostón, pero ya te digo que en ningún momento aburre.
Lo + peor: que mientras que la madre habla un castellano con una dicción perfecta, a los hijos cuesta mucho entenderlos por su modo engolado de hablar y es acentillo pijo que tienen.
Lo mejor: el retrato que los protagonistas hacen de si mismos y de la familia -tanto si son sinceros o no- y ese paralelismo, buscado o no, con la caída del franquismo.
Hola! Pues la verdad es que yo tampoco sabia nada de esta familia. Culpa mia también por no investigar, jejeje. Has picado mi curiosidad así que en cuanto pueda la veré.
ResponderEliminarBesos!
La verdad es que ne los últimos años Leopoldo Panero, pese a ser -o tal vez por ello- el "poeta oficial" del régimen ha caído en el olvido. De sus hijos el que más éxito y reconocimiento ha tenido como poeta ha sido el mediano: Leopoldo María, quien, además, tuvo un pequeño resurgimiento mediático unos años antes de fallecer, así que es normal que no los conociéramos XD
EliminarAún así el documental es muy interesante, especialmente si te interesan las dinámicas en familias disfuncionales y, encima, tan peculiares como esta.
Aquí otra que desconocía la historia de esta gente pero tampoco es que me atraiga tanto como para buscarla. Besos
ResponderEliminarEs normal que no los conocieras, yo tampoco hasta que mi pareja me habló de ellos. Tras el documental me han fascinado y planeo leer alguno de los libros de los que escribieron y que mi pareja tiene por casa.
EliminarEs cierto que de primera no atrae mucho, pero confío en tí y tendré que dar un voto de confianza y verlo. Gracias.
ResponderEliminarYa, a mi al principio tampoco me atraía mucho, pero la mezcla de drama y comedia del documental junto a lo interesante que resulta la familia en si terminó por conquistarme.
EliminarPues te seré sincera, no sólo ignoraba la existencia de esta gente, si no que además me atrae tanto conocer sus miserias como las miserias del vecino de abajo, o sea nada.
ResponderEliminarUn saludo ;)
Jajajaja, normal. A mi tampoco me atraía mucho en un principio, pero luego resultan fascinantes. La cosa va más allá de conocer sus miserias, porque son la típica familia de genios disfuncional y con egos en un perpetuo estado de guerra. Aún así entiendo que no te atraiga.
EliminarOtra más que se suma a la inorancia de no conocerlo, es bueno que aunque parezca aburrida no lo sea en ningún aspecto. Al ser peli nunca se sabe si caerá ;)
ResponderEliminarUn beso!
Tenemos la idea de que los documentales son aburridos, pero no es cierto, hay películas de este género que logran romper formas y se alejan del molde de las imágenes de archivo y los bustos parlantes. "El desencanto" es uno de esos docus que rompen formas y, además, resulta muy entretenido.
EliminarPues yo tampoco conocía a esta familia (y mucho menos el documental). Si hubiera leído la sinopsis antes de leer tu reseña, creo que hubiera pasado de largo y no hubiera visto el documental, pero después de leer tu opinión creo que merece una oportunidad.
ResponderEliminar¡Ya he aprendido una cosa nueva hoy!
Es muy interesante, porque va más allá de mostrar sus miserias -como le decía a Doctora- siendo una radiografía de una familia que no solo lo tenía todo en el pano material, sino también en el intelectual y como esto último les ha pesado como una losa.
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