¡¡SÍ!! ¡¡Lo reconozco con todo el dolor de mi corazón!! He visto dos veces esta película y las dos veces la he disfrutado: me he reído, me he emocionado y he sufrido con los protagonistas... ¿Acaso no es eso a lo que ambiciona cualquier película por mala que sea? ¿No buscan despertar la empatía del espectador para con los personajes y conseguir despertarle alguna emoción? Pues esta comedieta típica y tópica de Hugh Grant, en esta ocasión acompañado por nada menos que por Drew Barrymore, lo consigue pese a seguir los dictámenes de la comedía romántica más inmovilista, a saber: chico conoce chica, chico y chica se atraen, chico y chica discuten y se separan y, finalmente, chico y chica se quedan juntos en un aburrido matrimonio lleno de tensos silencios, engaños y miradas llenas de reproche... bueno, eso del matrimonio me lo he inventado. Pero algo tiene la película.
La pareja protagonista tiene mucha química: Grant resulta divertido gracias a su sarcasmo, sus enormes ojeras y a sus penosos conciertos en locales cochambrosos y parques de atracciones rodeado de treintaañeras casadas rememorando su adolescencia. Barrymore, que nunca ha salido tan fea como en esta película, resulta irritante, pero de vez en cuando consigue que su personaje se acerque a algo parecido al encanto. Además, la relación entre ambos es divertida: necesitan desesperadamente una segunda oportunidad y descubren que pese a la cínica visión del mundo de él y a las neuras e inseguridades de ella se complementan. Sus diálogos tienen ritmo y de vez en cuando consiguen arrancar una carcajada. No hay que olvidar a la Britney Spears que contrata al personaje de Grant y a su divertidísima obsesión budista y por evitar que Shakira le quite el número 1.
Otra razón que convierte a esta película en uno de mis placeres culpables es su falta de pretensiones, no busca más que entretener y lo consigue. Además consigue evitar caer en el exceso de azúcar, por lo que no provoca diabetes e incluso llega a tener ciertos elementos autoparódicos que demuestra que no se toma muy en serio a si misma.
Pero la verdad es que esta película no me hubiese gustado tanto si no fuera por la canción que en los años ochenta le dio la fama al grupo de Grant: "Pop! Goes my heart", que como parodia es genial, pero como Hit ochentero pegadizo y bailable es... ¡¡PERFECTO!! Sin duda alguna lo que hizo que me enamorara de este film.
Es curioso: ¿te has preguntado por qué nos tenemos que justificar siempre que nos gusta una comedia americana moderna? Es como si no fuera apropiado, no sé, como si el género desmereciera respecto a otros. Hace poco vi "Tensión sexual no resuelta" y a casi todo el mundo le gustó... pero todos lo dicen con la boca chica, y disculpándose un poco con lo de la falta de pretensiones. Me cuesta imaginar a nadie haciendo lo mismo con "Con faldas y a lo loco", por ejemplo (y eso que esta última tira del travestismo y la rubia tonta... sin desmerecer lo buena que es, que lo es).
ResponderEliminarPor cierto, lo que me he podido del gif de Lady Gaga y los perros... xDDDD
Por cierto, sé que "Tensión sexual no resuelta" es española, pero aquí también se aplica esto.
ResponderEliminarCaotico_jq: No lo había pensado... supongo que se debe a que el género se ha devaluado en casi todos los aspectos, sobretodo en el cine americano, donde se simplifica tanto que al final se ruedan productos que ni son graciosos ni entretienen... pese a su aparente falta de pretensiones. Siempre he pensado que realizar una (buena) comedia es más difícil que un drama: el ritmo, los diálogos, los gags visuales, el encanto u odio que desprenden los personajes... todo tiene que estar más calculado. Supongo que las comedias clásicas se han mitificado y son algo intocable. Tal vez dentro de 50 años se hable de películas como "Tu la letra, yo la música" o incluso "American Pie" como ahora de "1, 2, 3", "Pijama para dos" o la ya nombrada "Con faldas y a lo loco". Interesante reflexión la suya a la que habría que dedicar una entrada...
ResponderEliminarEl gif de Lady Gaga y los perros es genial.
El tiempo, como el vino, suele sentar bien al cine (toma frase!) Es imposible encontrar en la guía de TV una crítica mala de una película anterior a 1970. ¿Es que antes no había películas malas? Por cierto que este videoclip paródico de un grupo ochentero a lo INKS tiene su gracia. Borgo.
ResponderEliminarSobre Bikini Kill, bueno, si, cuando se separaron Kathleen Hanna efectivamente formó Le Tigre, aunque no están mal a mí me gustan más las primeras, también se dedicó al spoken word, que fue ahí por donde la descubrí.
ResponderEliminarMiquel Zueras: y sin duda alguna es lo mejor de la película.
ResponderEliminarLa verdad es que no me cae nada bien Hugh Grant, estuve a punto de no leer la entrada, pero ese video llamó mi atención y logró lo impensado :O
ResponderEliminarY si, me sorprendió el sentido del humor del inglés. Me hicieron acordar a Modern Talking :P
El video tiene tantos buenos momentos que ocuparía demasiado texto de comentario poder explicarlo TREMENDO.
Me quedo con Hugh Grant levantándose de la camilla totalmente recuperado de su pérdida de "heart" y bailando extasiado.
¡Sapristi!
ResponderEliminarMary Monday: Nos hemos cruzado. Servidor descubrio primero Le tigre y después, investigando Bikini Kill. Un clásico.
ResponderEliminarYamete! News: El falso videoclip de "Pop! goes my heart" es simplemente genial, es fresco, divertido y paródico sin caer en la tontería fácil ni en la grosería.
Möbius el Crononauta: ¡No!... ¡No me mire así! ¡No me juzgue! es solo un placer culpable... ¡Un placer culpable! T_T
El otro día la vi por la tele, y me parecíó que empezaba tremenda, para acabar con un azúcar tonto y sensiblero que a mi juicio, se la cargaba bastante ... pero la cancioncilla y la parodia de Wham! es lo más, en eso estoy de acuerdo ...
ResponderEliminarEl otro día vi que la ponían en la tele y vi los 5 minutos iniciales pero después pensé "Drew Barrymore, pufff, qué pereza".
ResponderEliminarAh, después vi el video final, que sí, estaba gracioso.
Si lo sé, le doy una oportunidad.
pd. Muy buena la descripción del matrimonio, yo añadiría "Y discusiones sobre con que familia se come en Navidad"
Este tipo de filmes no me llaman mucho, sinceramente. Aunque Hugh Grant siempre es un placer verlo hacer de sí mismo. Un recomendación, en una película más seria, Déjame Entrar aparte de su genial bso, viene un tema popero de Per Gessle, te suena?
ResponderEliminarPues fíjate que me pareció una peli floja, flojísima y eso que el punto de partida a priori la diferencia del resto, pero los tiempos están tan marcados, ahora le dirá esto, luego pasará lo otro...y diálogos sin sal.
ResponderEliminarMe sorprendió cómo se habían podido gastar esa cantidad de pasta en producir lo que podría haberse quedado en un sencillo telefilme de la Hallmark.
El acierto, sin duda, la aparición de ese clon de Britney Spears, descerebrada, vacua y absurda. Podrían haber profundizado en la duda existencial del artista vendido al servicio de la máquina de hacer dinero.