Scott Pilgrim Contra El Mundo

Ya nos lo decía Kevin Smith en "Persiguiendo a Amy": para que una relación de pareja funcione hay que superar el pasado de ambos. Ahora Edgar Wright no solo repite esa máxima sino que la convierte en algo físico al adaptar el cómic dibujado por el canadiense O'Malley a la gran pantalla. Y es que, como ya he dicho varias veces en el blog, Scott debe derrotar a la liga de exnovios malvados de Ramona para poder tener un futuro en común con ella.

La Liga de los 7 Ex Novios malvados

Wright, aunque parezca lo contrario, no ha hecho su "Sin City", no ha fotocopiado el original viñeta por viñeta y punto, sino que ha hecho algo más difícil: ha cogido el centro de la historia y su estética y a partir de ahí ha montado su película. El resultado es una comedia romántica distinta donde el chico protagonista mola, pero no es guapo ni cachas, y la chica, pese a su movidito pasado sentimental, no busca desesperadamente casarse, sino tener tiempo para si misma y, tal vez, una relación tranquila. Mientras tanto las elipses, la pantallas partidas, los números musicales, las onomatopeyas, las líneas cinéticas, las ondas de sonido y las canciones aceleran o ralentizan una narración que también se amolda al original comiquero: si no fuese así, si al principio no se detallará la relación entre Scott y Knives la primera pelea (así como el resto de elementos tomados de otros medios como los cómics, los videojuegos o la tv) no sorprendería.

Ramona y Scott

Tampoco es una comedia romántica del montón porque la película se nutre más del sarcasmo, la parodia y de la ironía que del azúcar, lo que provoca que, pese a la ternura de la primera noche juntos, la historia de amor no sea todo lo emocionante que debiera para ejercer como motor de la historia y es que los personajes salen perdiendo respecto a su original en papel: no hay tiempo para desarrollar las subtramas ni los personajes secundarios (con lo importante que es Kim) y, el mayor punto flaco de la película, no hay tiempo para detenerse en la incipiente historia de amor entre Scott y Ramona. Pese a ello varios de los personajes siguen siendo carismáticos (Wallace, Stacey y varios de los ex de Ramona) y la mayor parte del reparto esta sembrado: destaco a un Michael Cera defiende su Scott como gato panza arriba y yo creo que lo consigue. Mary Elizabeth Winstead, capaz de decirlo todo con la mirada, consigue que Ramona sea distante y misteriosa. Pero los que se llevan el gato al agua son Kieran Culkin como Wallace, porque su personaje es el que más ha mantenido su esencia respecto al original, y Ellen Wong, que se beneficia del personaje que más madura a lo largo de la historia.

Scott, Ramona, Young Neil, Knives, Kim y Stephen.

Pero el mayor logro de la película y lo que más la justifica es la capacidad de Wright (y detrás de él O'Malley) para recoger todo aquello que ha formado parte de la educación sentimental de aquellos que vivimos la adolescencia en la década de los 90 de una manera tan gráfica que ya solo por eso justifica el visionado de la película. Puede decepcionar si se es fan del cómic, pero teniendo en cuenta que es imposible realizar una adaptación 100% fiel al original tampoco supone una gran desilusión. Eso si, aquí se pierden las relaciones entre los personajes y la evolución de Scott (que en el comic es mucho más compleja y elaborada, al estilo de la serie de tv Buffy, pero sin seres sobrenaturales del infierno) queda reducida a un "valorate a ti mismo y lo demás vendrá rodado". Pero la película es divertida, que al fin y al cabo es lo más importante, y hace pasar un buen rato si aceptas sus reglas.

Recomendable: mi parte racional le da un 7, mi parte fanboy un 6.