Qué Kevin Smith, tiempo atrás director estrella del cine independiente, esta desesperado por recuperar el prestigio perdido es evidente. Desde Persiguiendo a Amy su carrera como cineasta a ido cuesta abajo y sin frenos y ante el fracaso de su anterior película llego a plantearse dejar la industria del cine. Sin embargo decidió cambiar la comedía verborreica por el terror en Red State y por lo que parece, a tenor de algunas críticas y de los premios que le han concedido en el festival de Sitges (mejor película y mejor actor para Michael Parks), ha recuperado algo de pulso.
La premisa es simple: tres adolescentes hiperhormonados se dejan llevar por sus deseos y se van para encontrarse con una mujer que busca hombres para practicar sexo, pero terminan en manos de un grupo religioso que interpreta la biblia a su libre albedrío y que ha decidido librar al mundo de homosexuales y de cualquier persona que no los castigue. De momento esto parece una película de terror adolescente, ¿verdad? Pues que sepan que Kevin Smith se dedica a mezclar géneros, por lo que al terror se une un humor muy negro y la trama desemboca en un acelerado tercer acto lleno de acción con centenares de balas surcando el aire.
Tal vez lo mejor de la cinta es que se da espacio a que el espectador vea todos los puntos de vista, tanto el de los adolescentes en celo como la familia de fanáticos religiosos (inspirada en la de Fred Phelps), la policía o el gobierno, lo que desemboca en giros de guión, bruscos cambios de ritmo, en ocasiones la cinta languidece en exceso, y en un final que resulta ser un auténtico coitus interruptus de un climax tan potente como extraño, pero que termina siendo otro ejemplo del humor irónico y negro que inunda la película.
Otro aspecto a destacar son las interpretaciones, Michael Parks esta enorme en su personaje, encontrando el equilibrio perfecto entre la exageración y la intensidad de un personaje que se cree un mensajero de dios. Melissa Leo también se mueve con soltura entre la seriedad (la aparición de su personaje) y el exceso, mientras que John Goodman se muestra más sobrio pese a que su personaje se enfrenta a una situación que se le escapa de las manos.
En fin, Red State es una película interesante y que pese a algunas caídas de ritmo consigue no espantar al espectador gracias a los actores y los cambios de registro de la propia película.
Recomendada a: los que nunca perdieron (del todo) la fe en Kevin Smith.
Lo mejor: el reparto y el humor negro e irónico que desprende la película.
Lo peor: un ritmo irregular y la brusquedad con la que Kevin Smith remata el climax final.
A mí me daba penita Kevin Smith, porque teniendo las películas que tiene en sus inicios... Me llevé una sorpresa cuando vi que le daban el premio en Sitges, y me dieron ganas de verla.
ResponderEliminarAhora más. Yo pensaba que Kevin Smith estaba perdido ya, pero pensaba también que si fue capaz de hacer ciertas cosas, algún día podría volver a hacer algo interesante.
PD: Con Los Phelps se podría hacer una película de humor tremendísima.
Creo que hasta en sus peores películas ha demostrado su talento y también estar por encima de la media, aunque algo de inspiración si que se la había dejado por el camino.
ResponderEliminarEn mi opinión Kevin Smith tiene un problema serio con los finales (aunque ni la mitad de serio que Shyamalan, si me permiten la comparación). A veces da la impresión de que va cambiado de idea conforme avanza en la historia, y en algún caso inevitablemente se pierde en el camino. Lo que no le ha impedido hacer algunas películas absolutamente geniales.
ResponderEliminarEste problema se ha visto acrecentado en algunos de los cómics que ha perpetrado.
Y a pesar de todo ello, siempre preferiré darle una oportunidad a Smith antes que a muchos otros.
Vaya currada crítica, ya sé porque dejé este apartado y me dedique a otros menesteres...
ResponderEliminarLa película promete... y si cuenta con las apariciones de Melissa Leo y John Goodman para poder disfrutarlos otra vez juntos tras Treme, mejor que mejor.