...O cardenal, como Don Antonio María Rouco Varela, ese señor capaz de realizar una misa multitudinaria en el centro de Madrid, pagada por todos, para poner como deberes al nuevo gobierno erradicar el aborto y el matrimonio gay, pero, eso sí, sin hablar de problemas sociales como el paro, los embargos o la congelación de los sueldos y el aumento de los impuestos, porque a él y a la iglesia en general eso no les afecta. Gracias a Dios y al gobierno del PP.
Es evidente que si el gobierno entrega 13.266.216,12 euros mensuales a la iglesia católica, exactamente la misma cifra que el año pasado (ver disposición adicional vigésima novena), según la disposición adicional séptima del BOE publicado el 30 de diciembre del 2011, mientras recorta los presupuestos de sanidad será porque el cáncer se puede curar rezando y no mediante la ciencia y la medicina. Así que rindámonos a tal evidencia y entreguemonos en cuerpo y alma a la iglesia.
Por el momento, atraído porel vil, pero maravilloso, metal la fuerza de la fe, he decidido que voy a formar parte de la iglesia para salvar mi bolsillo alma. Ya he trazado el plan: aprovechándome de mi aspecto aniñado entraré como monaguillo en alguna catedral y me pelaré las rodillas para intentar saltarme el seminario y ascender rápidamente por la jerarquía. Pero como este plan puede fallar, que uno ya tiene una edad, me he planteado una alternativa que será más lenta y más segura: entraré en el seminario, donde no solo estudiaré, sino que además pondré en práctica las técnicas aprendidas en esa gran película que enseña a ser un buen trepa, Showgirls: me iré al jacuzzi con quien haga falta y empujaré escaleras abajo a cualquier seminarista-vedette que se interponga en mi camino.
Ya me veo dentro de 20 años como el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, viviendo a todo lujo sin preocuparme de cosas mundanas como que haya gente perdiendo sus hogares y pasando hambre. Desde hace años parece que la cúpula de la iglesia católica en España se esta separando de la realidad social y yo, cuando cumpla con mi objetivo de ser presidente de la conferencia episcopal, no romperé esa bonita costumbre.
Es evidente que si el gobierno entrega 13.266.216,12 euros mensuales a la iglesia católica, exactamente la misma cifra que el año pasado (ver disposición adicional vigésima novena), según la disposición adicional séptima del BOE publicado el 30 de diciembre del 2011, mientras recorta los presupuestos de sanidad será porque el cáncer se puede curar rezando y no mediante la ciencia y la medicina. Así que rindámonos a tal evidencia y entreguemonos en cuerpo y alma a la iglesia.
Por el momento, atraído por
Ya me veo dentro de 20 años como el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, viviendo a todo lujo sin preocuparme de cosas mundanas como que haya gente perdiendo sus hogares y pasando hambre. Desde hace años parece que la cúpula de la iglesia católica en España se esta separando de la realidad social y yo, cuando cumpla con mi objetivo de ser presidente de la conferencia episcopal, no romperé esa bonita costumbre.
Pues oye, tal y como está el parque no me parece mala idea lo de trepar en la jerarquía eclesiástica.
ResponderEliminarSe lo pediré a los Reyes.
Besos y no te comas el carbón que te saldrá caries y te desplomará el dentista también.
Besos
Ya sé que estoy un poco out, pero no tengo tiempo de ocio bloguero. Sorry. Feliz año
Como dice Jo no es mal plan. Cuando llegues arriba no se te olvide que eso de la FE es para otros no para los jerarcas eclesiásticos. Claro que si se te olvida... quizá sea la mejor forma de romper la vinculación iglesia católica-estado español
ResponderEliminarJajaja... esa Nomi Malone eclesiástica, di que sí! Yo más que "la cúpula de la iglesia católica" diría "la cópula de la iglesia católica". xDDDD
ResponderEliminarEn fin, una vergüenza lo que pasa en este país. Parece que estemos en el siglo XII.
A mí me gustaría ser un cardenal taimado e intrigante como el Richelieu que interpretaba Charlton Heston en "Los tres mosqueteros". Saludos. Borgo.
ResponderEliminarA mí me gustaría ser un cardenal taimado e intrigante como el Richelieu que interpretaba Charlton Heston en "Los tres mosqueteros". Saludos. Borgo.
ResponderEliminarA mi me gustaría ser Hugh Hefner desde los 20 años. Pero creo que esto no viene al caso.
ResponderEliminarCon la iglesia hemos topado, Sancho.