Reseña cine: Dos días, una noche (Jean Pierre y Luc Dardenne, Bélgica, 2014)

Rincón para compartir mi opinión de las películas que veo en cutre reseñas súper pedantes. Porque yo lo valgo./span>

Hay que aprovechar oportunidades como La fiesta del cine para poder disfrutar de la gran pantalla, que de normal es excesivamente cara, aunque parece que los distribuidores y dueños de salas no están por aceptar que ellos también tienen culpa por la espantada de espectadores de las salas. 

Me centro, que esta digresión no es lo importante. Lo importante es haber tenido la suerte de haber visto una película como Dos días, una noche, una película que muestra como la esperanza y la dignidad humana aún tiene hueco en un mundo tan a la deriva como el actual. 

Sinopsis 

Sandra ha estado de baja en su trabajo por depresión. Cuando está a punto de reincorporarse a su puesto descubre, gracias a una compañera y amiga, que su equipo ha tenido que votar entre reincorporarla o ganar una prima de 1000 €, votando la mayoría por tener la prima y dejarla a ella fuera de la empresa. Tras hablar con el director consigue que se repita la votación el mismo día que ella vuelve, por lo que tiene un fin de semana por delante para intentar convencer a sus compañeros de equipo para que cambien su voto y así evitar perder su puesto de trabajo. 

Opinión 

He de admitir dos cosas. Por un lado iba un poco asustado a ver esta película, ya había visto antes la estremecedora El niño de la bicicleta de estos directores y temía que esta me dejara tan mal como aquella. Por otro lado me escamaba que, ante la presencia de Marion Cotillard, una de las estrellas del cine europeo más importantes del momento, esta Dos días, una noche fuese como su Erin Brockovich particular: un vehículo de lucimiento pensado exclusivamente para que ella demostrara sus capacidades dramáticas, de las que absolutamente nadie puede dudar, y demostrar que no tiene miedo a las películas más pequeñas pero incisivas en su evaluación de la realidad.

Pero nada más lejos de la realidad. Dos días, una noche es una película que evita los convencionalismos del cine social para retratar parte de la vida de una mujer a la que le a tocado luchar contra lo que ella y su familia entienden como una injusticia. Los Dardenne consiguen un realismo casi documental en la forman en la que ruedan la aventura de Sandra gracias a esa cámara que se pega al cogote de Marion Cotillard, que se queda junto al marco de la puerta mientras los personajes hablan dentro de la habitación o bien encuadra a los personajes desde el asiento de atrás del coche. Pero el realismo no proviene solo del modo naturalista de los Dardenne de rodas, sino también de la construcción del personaje principal y las reacciones de quienes la rodean. Excepto un par de escenas algo exageradas, como la de la pelea entre el padre y el hijo, es imposible no comprender a los compañeros de trabajo de Sandra y sus razones para no cambiar su voto. Todos están aquejados por problemas que todos nosotros podemos sufrir. En este aspecto hay que agradecer que los Dardenne hayan evitado caer en lo planfetario y en los extremos: aquí los personajes no son buenos o blancos, sino que todos sufren y todos tienen problemas a los que enfrentarse y que hace que esos 1000 € sean totalmente necesarios para poder seguir con sus vidas.

Aunque el mayor triunfo es conseguir que nosotros mismos nos preguntemos que hubiéramos hecho en caso de estar en la misma situación que los personajes: ¿elegiríamos el dinero o ayudaríamos a la compañera en problemas? Es difícil responder a una pregunta así, sin vernos en dicha situación. La película nos obliga a recapacitar y a preguntarnos que estamos haciendo con nuestro mundo y si nos estamos volviendo tan egoístas que ya no somos capaces de ponernos en el lugar del otro. El retrato del mundo laboral actual es duro y nos muestra el desamparo que vive actualmente el trabajador, mientras que por otro lado tenemos el viaje emocional de Sandra, que intenta volver a sentirse una persona útil tras sufrir una fuerte depresión y lucha por volver a su trabajo arropada por su marido. 

Para terminar la reseña solo me falta decir una cosa: que grande esta todo el reparto. Mi santo me informó que la mayoría de los actores eran recurrentes en la filmografía de estos directores y creo que sin ellos la película perdería gran parte de su realismo. Especialmente me ha gustado Cotillard, que ya sabía que era una bestia parda, pero aquí hace un trabajo inmenso, soportando sobre sus hombros el peso de la película (aparece en casi todos los planos) y consiguiendo desprenderse de esa elegancia que parece innata en ella para proyectar su fragilidad y obligarnos a sufrir y alegrarnos con ella.

En fin... creo que podría hablaros de esta películas durante horas y horas, lo cual haría que este blog fuese mucho más tostón de lo que ya es, pero Dos días, una noche es una película realista, que consigue retratar la Europa de hoy en día, con esa crisis que nos acecha a todos y nos ahoga, pero en la que también hay espacio para la dignidad humana y la esperanza.

Recomendada a: quienes sepan que el cine no solo sirve para evadirse, sino también para retratar la realidad.

Lo peor: un par de escenas algo exageradas y que no terminé dos minutos antes, aunque el final es fantástico.

Lo mejor: pese a lo dicho antes, el final. Puede que sea demasiado benévolo, pero permite que haya espacio a la esperanza y nos muestra como ha crecido Sandra.

Lo + mejor: el reparto al completo, pero destacando especialmente a Marion Cotillard. Maravillosa e imprescindible para la película una vez vista.

Lo + mejor aún: no se parece en nada a las películas de Fernando León de Aranoa.