Espacio para contaros, con mi habitual falta de vergüenza y mucha egolatría, que me ha parecido tal y cual libro.
Como todo el mundo ponía en un pedestal a John Green por su Bajo la misma estrella tenía bastante curiosidad por leer algo suyo, así que me hice con un ejemplar de dicho libro y... se quedó durante años cogiendo polvo en la estantería, pues me temía que estaría llena de pornografía emocional. Así que decidí acercarme antes a su mundo literario con otra historia que creía que me podría gustar más: Ciudades de papel.
Sinopsis
A punto de terminar su último año de instituto, Quentin acompaña durante una noche a su vecina Margo -de quien está secretamente enamorado- a gastar una serie de bromas a sus amigos al descubrir que no eran tan sinceros con ella como deberían, convirtiéndose esas horas en una pequeña aventura que aumenta aún más su fascinación por ella. Pero al día siguiente Margo no aparece por el instituto y nadie sabe nada de ella. Ha desaparecido y solo Quentin parece capaz de seguir una serie de pistas que ella ha dejado tras de sí.
Opinión
Pues a ver, ya lo comenté en mi minirreseña goodreads, pero mientras me leía este libro no podía evitar imaginarme a John Green sentado frente al ordenador y diciendose a si mismo mientras tecleaba "¡Uuuuuuuuuuuuuuuuuuy! Que bonita me ha quedado esta fracesita para que alguien la ponga con una imagen de fondo en las redes sociales. Sigue así John Green, eres un genio".
De verdad de la buena que me lo imaginaba así, en serio. Y es que la impresión que me ha quedado es que Ciudades de papel es un compendio de frasecitas rimbombantes que pretenden ser muy profundas y mostrar lo buen escritor que es John Green.
Y encima va y se equivoca de protagonista.
Cuando decidí leer el libro creía que sería una road trip en la que Quentin, nuestro protagonista, se vería en un viaje que más que llevarle hasta Margot le serviría para conocerse a sí mismo y madurar.
Y buscar a Margo el chaval la busca, sí. Con muchas ganas, además, pero el problema es que no madura, no crece, no evoluciona absolutamente nada a lo largo del relato. Desde la primera hasta la última página nos está diciendo una y otra vez que esta aventurilla no es más que algo extraordinario y puntual, que cuando encuentre a Margo volverá a desear lo mismo que siempre: conseguir una vida rutinaria en la que cada día será igual que el anterior, sin que pase nada de nada, porque eso es lo que lo hace más feliz del mundo mundial.
A lo largo de las páginas Quentin parece madurar: aprende que la gente cambia, que nadie es lo que parece y que la identidad de una persona no depende únicamente de la impresión que los demás tienen de ella, pero te das cuenta que él no cambia, que solo aprende conceptos y los acepta sin asimilarlos ni crecer como persona, porque su manera de pensar no evoluciona en ningún momento.
Si alguien sigue leyendo igual se pregunta quién debería, en mi opinión, protagonizar el libro.
Pues bien, creo que la protagonista debería ser Margo. En el fondo no deja de ser una adolescente algo tontaina, pero el batacazo que se da contra la realidad la convierte en un personaje mucho más interesante. Margo se da cuenta de que no es quien quiere ser, que necesita buscarse a sí misma en vez de ser un reflejo de lo que sus padres o amigos quieren que ella sea. Esto es una carga que lleva sobre sus hombros y que no deja de crecer hasta que toma una decisión demasiado drástica, pero que rompe con todo y que la hace ser mucho más valiente que Quentin. A ver, no pido que este haga lo mismo que ella, pero sí que al menos sea capaz de ser tan inflexible.
Pese a todo lo que he dicho antes, no creo que Ciudades de papel, por muy pedante que pueda llegar a ser en algunos momentos, sea un mal libro. Es una lectura agradable, sencilla y entretenida, que tiene un gran comienzo -ese recuerdo de la infancia y la noche que Margo y Quentin pasan juntos- y que luego se desinfla un poco, pero se nota que Green habla con sinceridad, y mucha nostalgia, sobre la adolescencia -algo idealizada, eso sí- y crea un grupo de amigos muy tierno, pero el mensaje que transmite es demasiado conformista. No pido una revolución total y que el mundo se ponga patas arriba, pero sí a unos personajes que sean capaces de aprender de lo que viven y maduren en consecuencia.
En fin...
Que sí, que vale, que parece que he puesto a parir este libro, pero quiero decirte que es mi opinión y solo mi opinión y que no se la impongo a nadie. Así que resumiendo: Ciudades de papel es una historia protagonizada por unos personajes un tanto idealizados y simples a la que le falta más fuerza y atrevimiento, pero también es una lectura agradable y rápida, de esas que te hacen pasar un buen rato. Pero si quieres una lectura protagonizada por adolescentes que realmente viven un terremoto en sus vidas y que esto les haga madurar y cambiar su visión de las cosas olvídate de este libro y lee El curioso incidente del perro a medianoche, El hermano del famoso Jack o Algún día este dolor te será útil.
Recomendada a: adolescentes muy sentidos y a quienes busquen una lectura agradable.
Lo peor: un protagonista que no crece y un mensaje demasiado conservador.
Lo mejor: es agradable.
¿Y a tí que te ha parecido? ¿has leído el libro? ¿Te gusta? Pues cuéntame por qué y comparemos impresiones.
De verdad de la buena que me lo imaginaba así, en serio. Y es que la impresión que me ha quedado es que Ciudades de papel es un compendio de frasecitas rimbombantes que pretenden ser muy profundas y mostrar lo buen escritor que es John Green.
Y encima va y se equivoca de protagonista.
Cuando decidí leer el libro creía que sería una road trip en la que Quentin, nuestro protagonista, se vería en un viaje que más que llevarle hasta Margot le serviría para conocerse a sí mismo y madurar.
Y buscar a Margo el chaval la busca, sí. Con muchas ganas, además, pero el problema es que no madura, no crece, no evoluciona absolutamente nada a lo largo del relato. Desde la primera hasta la última página nos está diciendo una y otra vez que esta aventurilla no es más que algo extraordinario y puntual, que cuando encuentre a Margo volverá a desear lo mismo que siempre: conseguir una vida rutinaria en la que cada día será igual que el anterior, sin que pase nada de nada, porque eso es lo que lo hace más feliz del mundo mundial.
A lo largo de las páginas Quentin parece madurar: aprende que la gente cambia, que nadie es lo que parece y que la identidad de una persona no depende únicamente de la impresión que los demás tienen de ella, pero te das cuenta que él no cambia, que solo aprende conceptos y los acepta sin asimilarlos ni crecer como persona, porque su manera de pensar no evoluciona en ningún momento.
Si alguien sigue leyendo igual se pregunta quién debería, en mi opinión, protagonizar el libro.
Pues bien, creo que la protagonista debería ser Margo. En el fondo no deja de ser una adolescente algo tontaina, pero el batacazo que se da contra la realidad la convierte en un personaje mucho más interesante. Margo se da cuenta de que no es quien quiere ser, que necesita buscarse a sí misma en vez de ser un reflejo de lo que sus padres o amigos quieren que ella sea. Esto es una carga que lleva sobre sus hombros y que no deja de crecer hasta que toma una decisión demasiado drástica, pero que rompe con todo y que la hace ser mucho más valiente que Quentin. A ver, no pido que este haga lo mismo que ella, pero sí que al menos sea capaz de ser tan inflexible.
Pese a todo lo que he dicho antes, no creo que Ciudades de papel, por muy pedante que pueda llegar a ser en algunos momentos, sea un mal libro. Es una lectura agradable, sencilla y entretenida, que tiene un gran comienzo -ese recuerdo de la infancia y la noche que Margo y Quentin pasan juntos- y que luego se desinfla un poco, pero se nota que Green habla con sinceridad, y mucha nostalgia, sobre la adolescencia -algo idealizada, eso sí- y crea un grupo de amigos muy tierno, pero el mensaje que transmite es demasiado conformista. No pido una revolución total y que el mundo se ponga patas arriba, pero sí a unos personajes que sean capaces de aprender de lo que viven y maduren en consecuencia.
En fin...
Que sí, que vale, que parece que he puesto a parir este libro, pero quiero decirte que es mi opinión y solo mi opinión y que no se la impongo a nadie. Así que resumiendo: Ciudades de papel es una historia protagonizada por unos personajes un tanto idealizados y simples a la que le falta más fuerza y atrevimiento, pero también es una lectura agradable y rápida, de esas que te hacen pasar un buen rato. Pero si quieres una lectura protagonizada por adolescentes que realmente viven un terremoto en sus vidas y que esto les haga madurar y cambiar su visión de las cosas olvídate de este libro y lee El curioso incidente del perro a medianoche, El hermano del famoso Jack o Algún día este dolor te será útil.
Recomendada a: adolescentes muy sentidos y a quienes busquen una lectura agradable.
Lo peor: un protagonista que no crece y un mensaje demasiado conservador.
Lo mejor: es agradable.
¿Y a tí que te ha parecido? ¿has leído el libro? ¿Te gusta? Pues cuéntame por qué y comparemos impresiones.
Yo tampoco creo que sea un mal libro, de hecho, es el que más me ha gustado del autor, a pesar de que tengo con sus libros una relación amor-odio.
ResponderEliminarUn beso ^^
La verdad que no es la panacea, pero a mí me resultó agradable. Quentin me parecía bobo, pero sí veo un poquito su evolución; y sin duda coincido en que Margo debería haber sido la clara protagonista, pues me quedé con ganas de saber más de ella y que se centrara en esos cambios que padece. Por lo pronto ya me gusta más que el Teorema Katherine, que es el que estoy leyendo actualmente y no me está calando nada...
ResponderEliminarSin duda, como BLME ninguno por el momento. Además no soy muy dada a soportar libros sobre adolescentes...
Un beso.
Sólo he leído un libro del autor y aunque me gustó, con este no creo que me anime
ResponderEliminarBesos
No he leído el libro. Me puse la peli y la quité a la mitad porque me estaba aburriendo.
ResponderEliminarPensaba que la protagonista iba a ser la chica, Cara Delevigne, y cuando desaparece y me di cuenta de que ya no iba a salir casi la quité.
A mi me apreció una historia bastante sencilla, pero me gustó, principalmente por el grupo de amigos, no sé por qué pero me recordaban mucho a los Goonies (!¡)
ResponderEliminarPor cierto "frasecita" ^^
No he leído nada del autor y no me llama mucho. Me he reído mucho con tu reseña ("Que bonita me ha quedado esta fracesita para que alguien la ponga con una imagen de fondo en las redes sociales", ¡qué bueno!) jejeje
ResponderEliminarBesos.
Buenas :)
ResponderEliminarUna lástima que no te haya acabado del todo. Ya sabes que a mí sí que me gustó mucho y no acabo de ver a Quentin un personaje tan plano, pero lo que más me gustó de la historia fue que en un principio parecía la típica de: "Oh, llevo toda la vida enamorado de mi ex amiga, que es una chica perfecta y super popular y yo un pringado", pero luego se meten en el tema de las apariencias, de que la gente no es sólo la imagen que se tiene de ellos sino que hay mucho más detrás, y con eso a mí ya me ganó.
Al menos tú tienes motivos más razonables para que te chirríen varias cosas del libro, que estoy harta de leer opiniones de personas que esperaban mucho romance apasionado (como en BLME) y sólo por eso ya lo odian.
Un beso
Aún no leo nada de este autor, solo vi la película Bajo la misma estrella pero claro siempre hay que leer el libro y lo tengo entre los pendientes.La verdad es que soy una señora madurona en edad y no sé si las temáticas juveniles ( y los autores de este género) me atraen tanto como antes (a pesar de tener hijos adolescentes...) Supongo que veré la película antes que leer el libro, sobre todo después de tu reseña jaajjaa. Bss.
ResponderEliminarEfectivamente, visto lo visto, con lo poco que te ha gustado éste, mejor no te acerques a Bajo la misma estrella. Es la pedantería que has notado aquí con extra de drama y morbo por el cáncer. Nos hemos puesto de acuerdo tanto para leer al autor como en opiniones por lo que parece XD
ResponderEliminarPor cierto, tengo este libro y otros del autor. Ya que me gasté los euros, los leeré, pero ya sé qué me voy a encontrar y... buff... perecita...
He tenído este libro precisamente en mis manos hoy, ¡jo! ¡Que coincidencia! Y no me lo he llevado a casa precisamente porque me ha dado la impresión de ser un tanto juvenil para lo que me apetece leer ahora. Y que conste que algunos de mis libros preferidos son juveniles, ¿eh? que no tengo nada de malo con leerlos :)
ResponderEliminarNormalmente soy el primero que se anima con las lecturas juveniles, pero... Precisamente este sub-género no me llama en absoluto.
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