Reseña manga: El gourmet solitario y Paseos de un gourmet solitario -guión Masayuki Kusumi, dibujo Jiro Taniguchi, ed. Astiberri-

Más de mis cutrerreseñas, en este caso de mangas (y derivados) y animes. Preparaos para una orgía de violencia súper gore, tetas saltarinas y ojos enormes... ¡Que no! Lo que intentaré es demostraros que hay algo más tras esos tópicos.

No he hablado mucho en el blog de Jiro Taniguchi, pero es uno de mis autores de manga favoritos, un artista con una capacidad impresionante para transmitir emociones con sus dibujos. En su momento reseñé en el blog Los años dulces, adaptación del libro El cielo es azul, la tierra blanca guionizado por Hiromi Kawakami, la autora del libro, pero desde entonces solo lo había nombrado en algún TOP. Ahora me sabe mal que esta entrada, que ya tenía preparada, venga justo después de que falleciera el pasado fin de semana, así que sirva de pequeño homenaje a este gran autor.

Sinopsis
Goro Inokahira tiene un negocio de importación, lo que le obliga a ir de acá para allá para negociar con sus clientes y encontrar a otros nuevos. En ocasiones eso desemboca que tenga que buscar un lugar donde ir a comer y arriesgarse, con gusto y alegría por su parte, a probar nuevos platos o recuperar otros que hace tiempo que no comía.

Opinión
Antes de seguir he de aclarar una cosa, lo que voy a reseñar son dos tomos que pese a formar parte de una misma serie tienen títulos distintos: el primero que se editó, tanto en Japón como en España, fue El gourmet solitario y, varios años después, llegó Paseos de un gourmet solitario, que fue un retorno muy esperado en el país del sol naciente -entre la primera entrega de esta serie y la segunda pasaron muchos años- y una agradable sorpresa para el mercado manga en España.

Y aclarado esto te digo que sí, que el argumento de esta serie es ver al protagonista al terminar de trabajar buscar un lugar donde comer y demostrar que es de buen yantar mientras reflexiona sobre la comida, el lugar donde se encuentra, los parroquianos  y/o los recuerdos que le trae la comida.

Así capítulo tras capítulo.

En serio.

Este es un manga sobre un señor comiendo en distintos sitios.

Igual alguno de vosotros se pregunta qué mierda os estoy contando.

Y lo entiendo perfectamente, porque la sinopsis es un tanto marciana.

Pero la magia de esta obra está en utilizar esa búsqueda de un lugar para comer y el momento de la comilona como una excusa para que Goro, nuestro protagonista, reflexione no sólo sobre si lo que está comiendo está bueno o no, sino también sobre la zona por la que se está moviendo, el restaurante elegido, la clientela... En realidad estas comilonas son una excusa por parte de los autores para retratar la sociedad japonesa en un momento tan importante como el de la comida. Los autores logran definir perfectamente cada espacio y a sus parroquianos, vemos como según el tipo de restaurante y comidas servidas los clientes son de un modo u otro, y tú, como lector, ves como los barrios acomodados tiran por restaurantes que adaptan a la idiosincrasia japonesa la comida occidental y los más populares están anclados en los platos típicamente nipones, como en los puestos callejeros de ramen la gente es más extrovertida -en parte porque son como una pequeña familia- y en los restaurantes los clientes son más distantes unos de otros, cómo funciona un sushi bar o el restaurante de una gran universidad. Y mientras tanto te van colando reflexiones sobre el paso del tiempo, el peso del pasado, la soledad -como algo buscado y no impuesto-, el trabajo o el conflicto tan japonés entre clasicismo y modernidad.

Igual piensas que puede ser un tostón aburrido, pretencioso y repetitivo, pero en realidad no, porque todo lo que te he contado antes se expone con una sencillez apabullante, sin palabras rimbombantes ni frases pedantes, sino con una cercanía de lo más simpática.

El verdadero éxito de que este manga funcione es Goro, nuestro protagonista, del que apenas sabemos nada más allá de su trabajo y cuando va a comer, pero del que los autores nos van dando pequeñas pinceladas. El retrato de Goro es sorprendente, ese hombre que en un principio parece algo solitario y huraño se va demostrando como alguien sencillo, decidido, amable y sentimental. Goro Inokahira es uno de los personajes más carismáticos y complejos que me he encontrado.

Otro elemento a destacar es el maravilloso dibujo de Taniguchi. Es una delicia perderse en cada página admirando los detalles de los escenarios, muy realistas y llenos de detalles, o en las expresiones de Goro. Ya lo pensé en Los años dulces, pero en El gourmet solitario y Paseos de un gourmet solitario puedo asegurar que posiblemente nadie como Taniguchi dibuja tan bien a una persona comiendo y bebiendo. Las expresiones de Goro transmiten tanto en estos momentos que casi te da hambre y todo de lo agusto que come XD

En fin...

El gourmet solitario y Paseos de un gourmet solitario son unos mangas reflexivos y contemplativos, con un ritmo lento y una estructura que se repite de un capítulo a otro, pero que nunca resultan aburridos gracias al potente dibujo de Taniguchi y al inteligente guión de Kusumi. Una lectura muy recomendable para cuanto te apetezca algo tranquilo y relajante.

Recomendada a: quien busque un manga maduro y a aquellos lectores de cómics que no suelan leer obras japonesas.

Lo peor: que no se le dé una oportunidad por la sinopsis y por ser un manga.

Lo mejor: la capacidad expresiva del dibujo de Taniguchi y el realismo que transmite.

Lo + mejor: ya lo dije en instagram, pero no puedo evitar repetirlo: la última viñeta del capítulo 6 de Paseos de un gourmet solitario, que recoge la capacidad de Taniguchi para contar toda una historia con tan solo una sencilla y evocadora viñeta.

El dato: este manga cuenta con una adaptación a serie de televisión de varias temporadas, para que veas el éxito y lo importante que es en Japón.