Reseña cine: El dormilón (Woody Allen, EE.UU., 1973)

¿Quien me iba a decir a mi que Woody Allen había realizado una película ambientada en un futuro distópico... y que encima iba a estar tan bien? Eso demuestra que aún me falta mucho por descubrir de este director.

Miles Monroe se despierta en el año 2174, en un principio iba a someterse a una operación rutinaria, pero al no salir bien fue criogenizado y por ello ha despertado dos siglos después, encontrándose en un futuro dominado por un régimen autoritario en el que todos los hombres son impotentes, las mujeres frígidas, la población se aborrega gracias a una droga legal con forma de esfera y todo resulta gris, aburrido y monótono... y para terminar de arreglarlo todo resulta que el pobre Miles es la pieza fundamental para derrocar al régimen.

Pues sí, lo reconozco, no me esperaba algo así de Woddy Allen, la mayoría de sus películas que he visto están ambientadas en el presente o en un pasado cercano. Puede que en algunas hubiera algún elemento fantástico, pero nada tan "radical" (entre comillas porque tampoco es algo tan rompedor) como lo que plantea en El dormilón, una fábula, más o menos bufa, todo hay que decirlo, ambientada en un futuro distópico, con todos los tópicos de este subgénero tratados con sentido del humor y adaptados a sus particulares neurosis.

Antes de nada hay que aclarar que Allen no es Kubrick, al contrario que el director de 2001: Una odisea en el espacio, no busca diseccionar la existencia de la humanidad ni buscar la respuesta a si existe una entidad superior. Allen lo que pretende aquí es defender la libertad que le proporciona al individuo decidir por si mismo, pero también la libertad que da las relaciones personales en su sentido más amplio.

Cuando Miles (Allen) se encuentra con Luna (Diane Keaton), aparecen esos burgueses frívolos y acomodados de otras películas de este director, pero al contrario que en las otras el trato entre ellos es más distante, más artificial. Es una sociedad adormilada por una comodidad impuesta para evitar que las personas piensen y para ello se ha instaurado una existencia gris, en la que los colores han desaparecido, del mismo modo que las drogas se utilizan para abotargar la mente y no dejarse llevar por incómodas preguntas que puedan surgir y el contacto físico prácticamente ha desaparecido bajo una automatización que evita que surjan los sentimientos.

Pese a las referencias a la Alemania nazi o a la idea del gobierno como una fuerza que busca dominar al pueblo, lo mejor es que la película no se toma a si misma en serio. Visualmente la película es muy camp, tiene un toque entre irónico y paródico como consecuencia de un presupuesto que debió ser bastante austero, pero utilizado con suficiente inteligencia para que lo cutre fuera divertido y nada kitsch. En cuanto al humor se mezclan los típicos diálogos con los que Allen con el slapstick, es impagable ver a la siempre elegante Diane Keaton ejerciendo de Sheena en el bosque. Es imposible no reírse con los gags, tanto los que se apoyan en los diálogos como en lo visual.

En fin... Que para mi El dormilón ha supuesto una gran sorpresa, no solo porque la película resulte tremendamente divertida e ingeniosa, sino porque resulta mucho más inteligente que muchas de las películas y novelas actuales centradas en futuro distópicos en teoría más serias y profundas.

Recomendada a: fans de Allen y los que busquen una peli de ciencia ficción tan ligera como divertida e inteligente.

Lo peor: nada... bueno, sí, que alguien no la vea creyendo que es cutre.

Lo mejor: Es tremendamente divertida.