Reseña cine: Carmina y amén (Paco León, España, 2014)

Rincón para compartir mi opinión de las películas que veo en cutrerreseñas súper pedantes. Porque yo lo valgo.

Ya os comenté hace algunos años que Carmina o revienta, la ópera prima como director de Paco León, me había gustado mucho, especialmente por el carisma que desprendía Carmina Barrios y ese humor tan absurdo pero a la vez cotidiano. Pues ahora toca hablarte de su segunda parte.

Sinopsis

Cuando el marido de Carmina muere repentinamente, esta convence a su hija de finjir que este sigue vivo hasta el lunes siguiente, día en el que recibe su paga extra.

Opinión

Ya sabes lo que se dice: "segundas partes nunca son buenas", y es que la perdida de frescura y del factor sorpresa, a parte de la vagancia que produce saber que partes con ventaja, suele lastras a muchas secuelas.

Pues que sepas que este no es el caso.

Te lo digo sin tapujos: Carmina y amén es mucho mejor que la primera parte.

Más allá de la naturalidad de Carmina Barrios, el otro gran factor del éxito de Carmina o revienta se debía al formato de falso documental, en el que se intercalaban fragmentos de la vida cotidiana de Carmina y su familia con planos de estos hablando a cámara. Pues bien, aquí Paco León se adapta a una narrativa más convencional y lineal, menos episódica y sin personajes hablando a cámara, pero el gran logro es que consigue que todo sea igual de natural. Carmina Barrios sigue comiéndose la pantalla con esa frescura que ya demostró en la anterior película y su química con María León y el resto del reparto es innegable. Además, ¿quién no ha tenido sus más y sus menos con los vecinos? Personalmente me he sentido muy identificado con algunos de los problemas del bloque de vecinos que muestra la película.

Y todo ello mientras se explota la parte más icónica del personaje: Carmina sigue encendiéndose los cigarrillos con el mechero de la cocina, fumando como una chimenea, peinándose con ese moño y vistiendo estampados imposibles, pero ahora lo hace mientras Paco León crea unas imágenes para el recuerdo, que le aporta a Carmina un aura casi mística entre cazuelas y figuritas de porcelana y que dispara la mitología del personaje. Dos ejemplos: Carmina -y más tarde, su hija- encendiéndose el cigarrillo a contraluz frente a la ventana de la cocina y el montaje de la escena en el entierro del marido de la protagonista.

Lo malo es que haya gente que siga viendo a este personaje como un trasunto femenino de Torrente, y aunque es cierto que hay mucho humor escatológico, el interminable monólogo de Yolanda Ramos, por ejemplo, no creo que ambas sagas se puedan comparar.

En fin:

Carmina y amén no es perfecta, como tampoco lo fue la primera parte, pero consigue no solo afianzar a su personaje protagonista y reafirmarlo como un icono de nuestro cine, sino que Paco León vuelve a transmitir mucha más verdad es su universo ficcional que muchos directores que se dedican a explotar la realidad es sus películas sociales.

Recomendada a: gente sin complejos y, especialmente a quienes disfrutaron de la primera.

Lo peor: en algunos momentos muestra una sensibilidad muy a lo Antonio Mercero.

Lo mejor: evidentemente Carmina Barrios y la valentía de León de cambiar de estilo y no morir en el intento.

P.S.: Mi santo, que ya hacia tiempo que no lo mencionaba en el blog, afirma y reafirma que si los hermanos Dardenne descubrieran a Carmina se morirían del gusto y la convertirían en su musa para el resto de sus pelis, mientras que María León sería la Marion Cotillard de su remake español de Dos días, una noche.