Me da la sensación que desde hace algunos años el anime está muy de capa caída por culpa de series clónicas, adaptaciones de novelas ligeras o de mangas que cuando llegan al último capítulo dejan la historia a medias y fanservice excesivo. Aunque siempre hay algunas excepciones, como Kill la Kill.
Ryuko se matricula en la Academia Honnoji para descubrir quién mató a su padre y así vengarlo. Allí tendrá que enfrentarse a Satsuki Kiryūin, la presidenta del consejo estudiantil, quien parece tener las respuestas que Ryuko necesita, y a sus cuatro secuaces, pero también encontrará la amistad con Mako Mankanshoku y Senketsu un uniforme escolar con vida y que le otorga a Ryuko una gran fuerza para luchar a cambio de su sangre.
No
hagáis caso a mi sinopsis porque no le hace justicia a este anime, uno de los
más alocados y divertidos que he visto en mucho tiempo que, creo, rescata ese
toque que los animes parecen haber perdido hace años.
¿Y
qué es lo que hace destacar a esta serie sobre otras en el panorama actual? A
saber:
Un buen desarrollo argumental. La historia es simple y cuando hacia la mitad empieza a languidecer da un sorprendente giro y vuelve a llenarse de energía. Si pese a lo absurdo de las situaciones las batallas ya eran espectaculares, en la segunda mitad se vuelve mucho más épica sin dejar de lado el humor y la ironía.
Los personajes pueden partir de tópicos del anime, pero consiguen sorprender y transmitir carisma. Encima el diseño es perfecto: se ajusta y describe la personalidad de cada personaje y el toque retro le da carácter a la serie, alejándose del diseño MOE tan de moda últimamente.
El estilo de animación, tan alocada y llena de pequeños detalles. Es una gozada ver a los personajes pelear, recibir golpes o ponerse sus uniformes de combate al más puro estilo magical girl.
Sorprendentemente este es uno de los pocos casos en los que el fanservice no (me) molesta. Personalmente el fanservice me aburre, es una excusa para conseguir audiencia mostrando cuerpos ligeros de ropa o en posturas provocativas, pero en Kill la Kill adquiere un tono irónico, justificado e incluso referencial, porque estas muchachuelas que deben enseñar cacho mientras luchan pueden recordar a las feroces protagonistas de Russ Meyer, dejando de ser un recurso pobre y fácil pensado para satisfacer pajilleros.
En fin... Kill la Kill es una serie sin complejos y divertidísima, con unos personajes sencillos pero carismáticos que hacen avanzar la historia en vez de ser arrastrados por la locura imperante. Es un ejemplo de lo que el anime debería volver a ser: historias completas sin más pretensiones que tener cierto carisma y entretener al espectador.
Recomendada a: los fans desencantados con ganas de darle una nueva oportunidad a la animación japonesa.
Lo peor: languidece un poco hacia la primera mitad de la serie.
Lo + peor: que no se le dé una oportunidad por el fanservice.
Lo mejor: sus personajes y la diversión.
La pregunta: ¿alguien más pensó que esto era la versión para el público masculino de Utena, la chica revolucionaria?
Un buen desarrollo argumental. La historia es simple y cuando hacia la mitad empieza a languidecer da un sorprendente giro y vuelve a llenarse de energía. Si pese a lo absurdo de las situaciones las batallas ya eran espectaculares, en la segunda mitad se vuelve mucho más épica sin dejar de lado el humor y la ironía.
Los personajes pueden partir de tópicos del anime, pero consiguen sorprender y transmitir carisma. Encima el diseño es perfecto: se ajusta y describe la personalidad de cada personaje y el toque retro le da carácter a la serie, alejándose del diseño MOE tan de moda últimamente.
El estilo de animación, tan alocada y llena de pequeños detalles. Es una gozada ver a los personajes pelear, recibir golpes o ponerse sus uniformes de combate al más puro estilo magical girl.
Sorprendentemente este es uno de los pocos casos en los que el fanservice no (me) molesta. Personalmente el fanservice me aburre, es una excusa para conseguir audiencia mostrando cuerpos ligeros de ropa o en posturas provocativas, pero en Kill la Kill adquiere un tono irónico, justificado e incluso referencial, porque estas muchachuelas que deben enseñar cacho mientras luchan pueden recordar a las feroces protagonistas de Russ Meyer, dejando de ser un recurso pobre y fácil pensado para satisfacer pajilleros.
En fin... Kill la Kill es una serie sin complejos y divertidísima, con unos personajes sencillos pero carismáticos que hacen avanzar la historia en vez de ser arrastrados por la locura imperante. Es un ejemplo de lo que el anime debería volver a ser: historias completas sin más pretensiones que tener cierto carisma y entretener al espectador.
Recomendada a: los fans desencantados con ganas de darle una nueva oportunidad a la animación japonesa.
Lo peor: languidece un poco hacia la primera mitad de la serie.
Lo + peor: que no se le dé una oportunidad por el fanservice.
Lo mejor: sus personajes y la diversión.
La pregunta: ¿alguien más pensó que esto era la versión para el público masculino de Utena, la chica revolucionaria?
No lo conocía. Aunque es normal, no estoy muy puesto en anime xDD
ResponderEliminarMe alegro que los hayas pasado bien, me la apunto para vermela algún día!
Un abrazo!
yo si la conocia pero nunca me a picado el gusanillo de verla gracias por el aporte. saludos
ResponderEliminarPues tras leer tu reseña has conseguido que me llame, pero lo que realmente me ha ganado es que se parezca a Utena. Con lo que me gusta esa serie, ahora tengo que verla sí o sí *O*
ResponderEliminarA mí también me molesta bastante el fanservice, no entiendo por qué es un recurso tan utilizado en los animes de hoy en día -_-'
Besos