Reseña cine: Control (Anton Corbijn, Reino Unido, 2007)

Rincón para compartir mi opinión de las películas que veo en cutre reseñas súper pedantes. Porque yo lo valgo.

Antes de nada reconozco, como ya hice en el Seen on tv #3, que no soy un fan acérrimo de Joy Division, pero me gustan muchas de sus canciones y es innegable su influencia en la música pop, así que para completar lo visto en 24 Hour Party People y por el interés que despierta la historia de Ian Curtis decidí ver esta peli con mi santo.

Sinopsis

Control cuenta la historia de Ian Curtis, mítico vocalista de la banda Joy Division, y el choque entre mantener su vida familiar y seguir en el grupo, como le afectó descubrir que sufría de epilepsia o su relación con su amante hasta su suicidio en 1980. 

Opinión

Puede que no conozcáis al grupo, pero es uno de los más influyentes de la historia de la música popular pese a contar con tan solo dos discos de estudio (Unknown Pleasures -1979- y Closer -1980-) y fueron uno de los creadores de lo que se llamó post-punk. Si os gusta el pop es imposible no haber escuchado alguna de sus canciones. 24 hour party people ya habló, de manera tangencial, sobre la vida y muerte de este grupo, puesto que contaba la historia de como Tony Wilson creaba su propia discográfica y descubria a los Joy Division. Pero Control se centra en la vida privada de Ian Curtis, su vocalista y alma, a partir de un libro escrito por su viuda, también productora de la cinta, dato importante que hay que tener en cuenta (momento maruja que desarrollaré más tarde).

Lo primero que me llamó la atención una vez empezada la peli es que pese a que su director proviene del mundo del videoclip y la publicidad, es su austeridad formal: fotografía en blanco y negro (realmente bonita gracias al contraste y la composición de los planos), un montaje tranquilo para ir profundizando poco a poco en la personalidad de Curtis y sus dilemas, unos números musicales que recrean las actuaciones de la banda en conciertos y platós de TV  sin que la cámara se vuelva loca y un final desolador con vierta vocación poética.

Pese a que se toma su tiempo para que conozcamos al personaje principal, la película nunca llega a aburrir y es gracias al retrato que realiza de Curtis. Este aparece como un ser atormentado, terriblemente sensible a su entorno, indeciso, aterrorizado ante su enfermedad y solo ante el éxito. Una persona en busca de un pilar en el que apoyarse, primero su esposa y, luego, en su amante. Cualquier actor que no se pudiera medir un poco hubiera caído en la sobreactuación y el melodrama, pero Sam Riley consigue darle una humanidad increíble. No sé hasta que punto "imita" bien a Curtis, que es lo que se suele hacer en estos biopics cinematográficos, pero Riley le otorga una gran humanidad y consigue que veamos todas sus dudas, frustraciones y miedos. Vamos, que consigue lo que hace que cualquier personaje sea interesante: que empaticemos con él y suframos por su destino, aunque ya lo conozcamos de antemano.

El resto de personajes son retratados con bastante crueldad (ahora viene el momento Salvame Deluxe): los miembros del grupo aparecen como unos patanes que ignoran las necesidades de Curtis y solo piensan en el éxito, Tony Wilson aparece como una persona más interesada en la música que en los seres humanos, su agente solo busca exprimirlos y la amante de Curtis como una gruppie a la que no le importa romper la familia. Vamos, que se nota que la historia esta contada desde el punto de vista de la viuda de Curtis y que esta no muestra piedad por nadie, del mismo modo que en su momento fue dejada de lado por los mismos personajes de los que aquí habla.

Más imágenes de la película aquí

Creo que sobra decir que la banda sonora, llena de canciones de Joy Division y alguna más de la época, es una auténtica colección de temazos. Las canciones de Curtis están llenas de fuerza y desesperación y, una vez más, Riley consigue transmitir esos sentimientos interpretando él mismo las canciones de un modo más que aceptable.

En fin... Control es una película indispensable para cualquier fan de Joy Division. Puede que no sea perfecta, pero tiene una serie de logros (su estética, la narración, el reparto, etc), que consiguen que pases por alto sus defectos y te dejes atrapar por la vida de Curtis.

Recomendada a: Aquellos que desean que aparezca un Salvame Deluxe del pop, fans de Joy Division y exploradores de la música popular.

Lo peor: Que no todo el mundo tenga paciencia.

Lo mejor: El retrato de Ian Curtis y el reparto al completo.

Lo + mejor: Evidentemente, su banda sonora.