Placeres culpables TV: Hemlock Grove (1ª temporada)

Placeres culpables es una sección dedicada a todas esas películas, libros, series, cómics, etc, etc, etc que se suponen malos productos pero que a mi me gustan por razones varias. Soy así de rarito.

Descubrí Hemlock Grove a través del trailer de su 2ª temporada (¿quién dijo miedo a los spoilers?) y me pareció tan desconcertante y rara que me entró curiosidad por verla. Curiosidad que se convirtió en necesidad cuando un amigo me contó haber visto la 1ª temporada confirmándome que es más rara que un perro verde, así que me dispuse a enfrentarme a esta serie a ver que me encontraba. 

 Sinopsis

La tranquila vida en Hemlock Grove, Pennsylvania, se ve alterada ante la violenta muerte de una de sus adolescentes, que aparece partida en dos y con marcas de mordeduras. Ante lo inexplicable del asesinato pronto surgen rumores de la presencia de un hombre lobo, mientras que Peter Rumancek, un joven gitano recién llegado al pueblo, y Roman Godfrey, el heredero de la familia Godfrey que es la que controla el pueblo, investigan el caso para conseguir alejar las sospechas que han recaído sobre ellos. 

Opinión

A ver, hablar de Hemlock Grove es muy difícil, más que nada porque es una de esas producciones que provocan que la gente se ponga en posiciones radicalmente opuestas: o te encanta o la odias... y he de admitir que razones para odiarlas no faltan y quien diga lo contrario miente. Pero en mi opinión es uno de esos casos en los que los fallos se convierten en virtudes. Cuestionables, sí, pero que le dan a la serie un toque interesante ya sea premeditado o no.

Hemlock Grove es un pastiche con alma de serie B que mezcla sin temor todos los ingredientes de las novelas juveniles y las series de tv sobrenaturales actuales: romances adolescentes, asesinatos con whodunit, gore, vampiros, sexo, hombres lobos, culebrón dinástico al estilo Falcon Crest, terror e inmaculadas concepciones. Y todo esto lo hace con una ambición desmedida y un aire de clásico de culto inmediato que le viene grande.

Y quien mucho abarca, poco aprieta. Así de simple.

Pero pese todo consigue enganchar. Mucho. Al menos en mi caso.

La influencia de Twin Peaks es más que palpable (estamos ante un culebrón que parte del asesinato de una adolescente para retratar la vida de un pueblo apartado de todo y lleno de secretos), el problema es que, como ya he dicho, la serie pretende abarcar tantísimas cosas que pasa lo que tiene que pasar: se pierde entre tanta subtrama y personaje. Hay momentos en los que me preguntaba si los guionistas se acordaban que habían planteado una serie de asesinatos a resolver, si le darían algún uso a personajes sin una función clara pero que se dedicaban a aparecer cuando uno menos se lo esperaba o si simplemente se divertirían cargando las tintas en la amistad (con tintes homoeróticos) entre Roman y Peter, las relaciones casi incestuosas entre los miembros de la familia Godfrey y creando pistas falsas o verdaderas de las que se olvidarán a los dos segundos para no retomarlas nunca jamás.

Los personajes también tienen su aquel, pero la reina de la función es una impagable Famke Janssen como la matriarca de la familia Godfrey. Más operada que nunca, más alta que nunca y, sobretodo, más travesti que nunca. Mucho más, y mira que parecía imposible, que en X-men 3: La decisión final, gracias a esa melena a lo Morticia Adams y a esos vestidos blancos que luce, por decir algo, con ese cuerpo de nadadora que tiene... y eso que hay otros personajes como Shelley, la hermana pequeña de Roman, una adolescente gigantesca y deforme que anhela tener amigos y ser normal, pero ninguno supera al de Janssen. Es imposible y la amarás como madre superposesiva, casi incestuosa y super divina de la muerte incluso cuando vomita. Lo digo en serio.

¿Y qué es lo que ha conseguido que casi (sí, casi) ame esta serie pese a todo?

Pues por  lo disparatado que resulta todo. Hay un momento en el que te olvidas que el leitmotiv de la historia son una serie de asesinatos, como a los guionistas,  y te dedicas a dejarte llevar entre esas tramas que van a la deriva como barco sin timón. Lo que termina enganchando es:

1. El morbo de ver si los guionistas serán capaces de salir del jardín en el que se meten  con dignidad o se entregarán a un frenesí grandguinyolesco y absurdo sin importarles llegar a algún sitio en concreto. Personalmente esperaba esto último. 
2. Cada nuevo modelito de la Janssen y si de una vez reconocerá que en realidad es un hombre y se llama Manolo. 
3. Averiguar si los labios de Bill Skarsgård llevan colágeno o no, porque son más carnosos que los de Susana Griso, lo cual ya es decir.
4. Ver si alguien te explica por qué todo el mundo dice que Peter Rumancek es muy peludo... cuando solo tiene cuatro pelos contados. Y no descarto que sean pintados.
5. Ver si alguien mata a Christina o, al menos, le ponen una peluca que no cante tanto.
6. Conseguir averiguar qué pinta el loco y por qué coño lo sabe todo pero no desvela nada.
7. Ese maravilloso toque de serie B de bajo presupuesto que imita la estética de las películas de terror ochenteras, cromas horriblemente falsos incluidos, lo que demuestra que la serie es más autoconsciente e irónica de lo que parece en un primer momento.

Vamos, que al final más que disfrutar de la serie en sí, lo que más me ha gustado es todo lo que la rodea XD.

Pero no os engañéis, pese al pequeño desastre tiene cosas realmente buenas. Me gusta mucho la estética de la serie, aquellos que la critican no dejan de afirmar que está mal rodada y que la fotografía es un horror, cuando, precisamente, el mayor acierto de la serie es su aspecto formal. Me encanta ese toque tan onírico que desprende y que se acentúa, obviamente, en los sueños, así como la diferente iluminación según los personajes en escena. Otra cosa destacar en el plano positivo es la química entre Landon Liboiron (Peter) y Bill Skarsgård (Roman). En cierta manera es gracias a ellos por lo que te atreves a ver el segundo capítulo y estas toda la temporada esperando que se prometan en matrimonio o algo. Tiene cierto toque gore y los elementos fantásticos son más sugeridos que explícitos, aunque cuando se hacen visibles son realmente espectaculares, como esta transformación licántropa al más puro estilo de En compañía de lobos. Y para qué negarlo, es totalmente impredecible gracias a esa locura que impera en el desarrollo de las tramas. Hay tantos saltos en el tiempo, tantas trampas, tantos agujeros a rellenar por parte del espectador porque los guionistas no pueden y tantas preguntas sin respuesta que al final la curiosidad te obliga a ver capítulo tras capítulo, por muy lentos que sean algunos.

En fin... que estamos ante un auténtico placer culpable, de esos que despiertan opiniones muy encontradas y que a mí me ha divertido mucho. Soy así de raro. Pero lo mejor de todo es que al final esta temporada resulta que Hemlock Grove no es más que una rareza autoconsciente, que se dedica a marear al espectador entre tanto salto temporal, tanta subtrama y personajes que rozan lo absurdo en un intento desesperado por llamar la atención.

Recomendada a: Pues no me atrevo, hay que tener muchas ganas de verla para disfrutarla.

Lo peor: Se pierde en su ambición.

Lo mejor: Es una auténtica serie B y se recrea en ello.