Reseña anime: Wasurenagumo (Toshihisa Kaiya, Japón, 2012)

Más de mis cutrereseñas, en este caso de mangas (y derivados) y animes. Preparaos para una orgía de violencia súper gore, tetas saltarinas y ojos enormes... ¡Que no! Lo que intentaré es demostraros que hay algo más tras esos tópicos.

Kokoro Aishiteru,  del blog Aires de anime, me animó a ver Wasurenagumo, cortometraje que forma parte de un compendio que reúne cuatro películas de corta duración realizadas por estudiantes de animación y cinematografía. Así que como ya me había llamado la atención acepté el reto y me dispuse a verlo.

¿Mis impresiones? Tras la sinopsis.

Sinopsis

Shu Suzuri es de dueño de una librería especializada en libros antiguos y de segunda mano en la que trabaja la joven Mizuki. Un día en el que la chica esta intentando ordenar los libros se encuentra con uno muy antiguo que tiene un sello y al quitarlo accidentalmente escapa un demonio... con medio cuerpo de niña y medio de araña que Suzuri termina adoptando pese a las reticencias de Mizuki.

Opinión

Antes de nada tengo que decir que Wasurenagumo apenas dura unos 20-25 minutos, por lo que no podemos esperar una trama muy elaborada o unos personajes  profundos y complejos. Sin embargo por lo que más destaca este corto es por el enfrentamiento entre clasicismo y modernidad, la economía narrativa a la hora de desarrollar la historia y, especialmente, por su sorprendente final.

La historia arranca con una antigua leyenda ilustrada con una estética que recuerda a la pintura tradicional china y japonesa, hasta que es interrumpida por alguien que se queja y cambia para adaptarse al estilo actual de anime. Lo antiguo y lo moderno se enfrenta constantemente en este anime: parte de la acción transcurre en librerías de viejo, las leyendas olvidadas intentan sobrevivir en el presente y la ciudad, moderna y llena de vida, contrasta con la villa abandonada y decadente de la recta final. Este choque también llega a los personajes femeninos, mientras que Mizuki es una chica moderna con carácter y que viste según la moda actual, la chica araña se muestra como una mujer indefensa y sumisa, que viste con un kimono tradicional.

Los personajes: Mizuki, la araña, Suzuri y Geppoan

Como ya he dicho, los personajes no son especialmente profundos, pero están muy bien definidos tanto por el diseño como por su presentación en cuanto aparecen y, aunque son bastante arquetípicos, la verdad es que caen bastante bien. La historia, en un principio, también es simplona y fácil, adaptándose a un tipo de comedia que mezcla elementos costumbristas con otros sobrenaturales, pero lo más interesante es como la historia fluctúa de la comedia ligera al misterio con toques de terror. De unos primeros minutos con un tono más cómico, pasamos a una trama en la que ya se nos advierte que hay un claro peligro latente a través de la búsqueda de la verdad a través de antiguas leyendas, generándose un clima de misterio hasta llegar a un sorprendente final que no quiero reventar.

Al inicio del capítulo cuando tiene un estilo de pintura tradicional.

Le que más me ha gustado ha sido la utilización del subgénero MOE para generar una serie de expectativas en el espectador y subvertirlas hasta que el corto se convierte en una especie de crítica hacia este movimiento, mostrando como los hombres prefieren huir de las mujeres reales e instalarse en su imaginación con este tipo de personajes ideados para que gusten a un público masculino incapaz de relacionarse con personas del sexo opuesto.

Cuando adopta el estilo de anime moderno.

En fin...
Wasurenagumo no es una obra maestra, pero tiene su gracia y consigue sorprender tanto por su final como por ese pequeño trasfondo en el que se deja entrever el conflicto latente de Japón, un país atrapado entre el clasicismo de sus creencias y la modernidad más desbocada, y una crítica hacia cierto sector del manga y el anime.

Recomendada a: fans del anime con ganas de sorprenderse con clase y elegancia.

Lo peor: que no vaya aún más lejos con su crítica al moe y a su público.

Lo mejor: lo bien animado que esta y ese pequeño trasfondo que le da interés.