Sobrevivir a... "La herencia Valdemar"

Me rompe el corazón incluir esta película en la sección "Sobrevivir a...", pero ojo, pequeñ@s mi@s, que "La herencia Valdemar" tiene grandes aciertos gracias a los cuales formará parte de mi lista de "placeres culpables", pero algunos defectos que pesan demasiado... y provocaron que anoche muchas personas salieran indignadísimas de la sala de proyección.

Esta primera parte del díptico es un verdadero y sentido homenaje al cine de terror añejo que se resiste a morir (recordemos "Los Otros" y "El Orfanato" o el próximo estreno del remake de "El Hombre Lobo) y que juega a mostrarnos que el verdadero horror entra a nuestras vidas a través de las grietas que el dolor, la ambición y la envidia crean en nuestras almas.

Así, esta primera parte empieza como un relato de terror moderno, con una tasadora acosada y desaparecida en una vieja mansión para luego trasladarnos al siglo XIX a través del relato narrado por la presidenta de la fundación Valdemar a un detective privado que debe localizar a dicha tasadora. En este primer acto vemos que realmente el director sabe lo que se hace: nos impresiona con unos espectaculares títulos de crédito acompañados por la maravillosa banda sonora, nos muestra un mundo donde el trabajo sirve como escudo ante las desgracias personales, un mundo moderno lleno de tensiones que choca con la desolación y la soledad de una mansión victoriana del siglo XIX en medio de la nada. Hay atmósfera, tensión, inquietud y premura.

Luego cambia, se convierte en un melodrama de época con una buena ambientación, donde se nos muestra la fascinación de una sociedad adinerada y aburrida por todo lo esotérico. Es la historia de amor de Lázaro (Daniele Liotti) y Leonor (Laia Marull) Valdemar que se va oscureciendo hasta desembocar en un trágico final. Seguimos teniendo esa atmósfera que poco a poco va mutando con el desarrollo de la historia, una historia interesante y sugerente,aunque más clásica, reposada y descriptiva que el arranque.

Pero no todo es bueno. El guión tiene diálogos demasiado artificiales, lo cual repercute en el reparto. Encima se nota que José Luis Alemán aún esta verde en cuanto a la dirección de actores. A todos los presentes en la sala nos dieron ganas de reventarnos los tímpanos con algún objeto afilado con tal de no escuchar nunca más en nuestra vida a la mayor parte del reparto. Hay que destacar a cuatro de los interpretes: Jimmy Barnatán y Paul Naschy consiguen defender con dignidas a sus personajes frente a Laia Marull y Francisco Maestre, ella se carga el climax de la película y él... bueno, digamos que debería haber sido el protagonista de "Spanish Movie". ¡Ah! y casi se me olvida comentar lo desafortunado que ha resultado utilizar a ciertos personajes reales.

Aunque lo que realmente hizo que el público se enfadará y jurará no ver la segunda parte fue el coitus interruptus que te abofetea cuando termina el metraje, pese al avance de la segunda parte en plan "próximo capitulo". Falta un golpe de efecto más grande que te deje con ganas de más. Mis amigos y yo ya sabíamos que el final era abierto, pero la mayoría de la gente se quejo al sentirse estafada, hay quien alegó que "no había pasado nada".

En fin, que pese a ser honesta y lucir muchisimo en el apartado técnico, sigo destacando el trabajo de Arnau Bataller en la composición de la banda sonora, la teatralidad del guión, la mala dirección del reparto y la falta de un golpe de efecto más grande al final del metraje jugarán en contra de la carrera comercial de "La herencia Valdemar", pues el boca a boca hace mucho... aunque eso no evito el éxito de "2012".

Ahora solo cabe esperar a que pese a todo se estrene la segunda parte, aunque sea directamente en dvd.