Hacia tiempo que quería hablar de Gran Hotel, exploit patrio a la sombra de la británica Downton Abbey producido por Bambú Producciones para Antena 3 con suficientes virtudes como para merecer una numerosa audiencia, aunque también tiene sus defectos, porque ni siquiera su inspiradora es tan perfecta como sus fans intentan hacernos creer.
Hay que reconocer que la serie partía con desventaja: antes de empezar a emitirse ya era considerada una copia de Downton Abbey por compartir ambientación y porque el auténtico protagonista de ambas series es un edificio que condiciona la vida de toda las personas que tienen la suerte o la desgracia de estar relacionado con él. En este caso el rodaje en el palacio de la Magdalena de Santander favorece muchísimo la ambientación, dándole a la misma mucho más realismo y elegancia que un puñado de decorados de cartón piedra. A esto se le une una fotografía más cuidada de lo habitual en las series españolas y una preciosa banda sonora compuesta por Lucio Godoy, conocido por participar en la música de películas como Ágora o Los lunes al sol.
Tal vez la mayor diferencia entre Gran Hotel y Dowton Abbey sea que mientras la segunda es solo un melodrama doméstico (todo gira alrededor de la familia que habita a la casa y sus criados), la producción de Bambú tira más hacia el misterio y el thriller pues el inició de la trama es una desaparición y posible asesinato de una de las doncellas del hotel, misterio seminal al que se le van sumando otras muertes y misterios que terminan por darle al hotel un tétrico aire pese a la luz que irradia, convirtiéndolo en un catalizador de mentiras, secretos y muertes. Sin embargo, intentando atraer al mayor número de público posible, alrededor de la trama principal giran otras con carácter más romántico o cómico que no siempre favorecen a la serie.
En cuanto a personajes la serie se nutre de varios tópicos, pero que siguen funcionando y aunque el reparto no siempre este a la altura (me da la sensación que a Fele Martínez y a Adriana Ozores les ha costado bastante coger a sus personajes) Concha Velasco destaca por encima de todos con su personaje de Angela, la gobernanta, mientras que Amaia Salamanca y Yon González están a la altura de las circunstancias, aunque creo que el segundo destaca más.
Tal vez uno de los fallos más evidentes sea el personaje de Eloy Azorín, que parece dar bandazos de un lado a otro sin aportar nada nuevo pues siempre acaba provocando los mismos embrollos (relacionados con mujeres, alcohol y dinero) y que parece ser el personaje que menos ha evolucionado, aunque tengo la sensación que en realidad la mayoría de los personajes sufren de cierto estancamiento y crecen muy poco a poco pese a la velocidad con la que se suceden algunas de las tramas.
Recomendada a: amantes del culebrón con elementos del thriller y teléfilos sin complejos (los teléfilos esnobs son los que se dedican a afirmar que es un plagio total de Downton Abbey sin haberla visto).
Lo peor: algunas tramas secundarias son bastante flojas. Alguna perdida de ritmo en la, normalmente, celeridad en la que amontonan los sucesos.
Lo mejor: tiene suficiente intensidad y suspense para que la trama principal enganche y mucho.
En cuanto a personajes la serie se nutre de varios tópicos, pero que siguen funcionando y aunque el reparto no siempre este a la altura (me da la sensación que a Fele Martínez y a Adriana Ozores les ha costado bastante coger a sus personajes) Concha Velasco destaca por encima de todos con su personaje de Angela, la gobernanta, mientras que Amaia Salamanca y Yon González están a la altura de las circunstancias, aunque creo que el segundo destaca más.
Tal vez uno de los fallos más evidentes sea el personaje de Eloy Azorín, que parece dar bandazos de un lado a otro sin aportar nada nuevo pues siempre acaba provocando los mismos embrollos (relacionados con mujeres, alcohol y dinero) y que parece ser el personaje que menos ha evolucionado, aunque tengo la sensación que en realidad la mayoría de los personajes sufren de cierto estancamiento y crecen muy poco a poco pese a la velocidad con la que se suceden algunas de las tramas.
Recomendada a: amantes del culebrón con elementos del thriller y teléfilos sin complejos (los teléfilos esnobs son los que se dedican a afirmar que es un plagio total de Downton Abbey sin haberla visto).
Lo peor: algunas tramas secundarias son bastante flojas. Alguna perdida de ritmo en la, normalmente, celeridad en la que amontonan los sucesos.
Lo mejor: tiene suficiente intensidad y suspense para que la trama principal enganche y mucho.
Mi madre la ve y yo la escucho y veo trozos. Así me pasa, como cuando ve a veces Amar en tiempos revueltos, que estoy en la misma habitación y al final sigo casi todas las tramas sin ni siquiera estar mirando la tele xD
ResponderEliminarYo no he visto Downton Abbey (¿debería verla? siempre me lo pregunto, pero aún así, sí me recordaba por lo superficial (fotografía, estilo...).
Yo creo que aunque tenga sus cosillas, igual si me pusiera a verla, me gustaría. Quizá tampoco como para ser fan de la serie, pero para pasar un rato entretenido..
Pero la verdad es que no me gusta nada ver las series por la televisión, siempre las veo en el ordenador a mi aire cuando quiero. Y parece que siempre acabamos viendo series de otros países y a las de aquí no les damos ninguna oportunidad, cuando igual hay alguna decente. Aunque, también es cierto que medio enterarme ya de cosas hace que no tenga muchas ganas de verla...y en este caso: Amaia Salamanca. Qué poco soporto a esa mujer.