Sobrevivir a... Caperucita Roja -¿A quién tienes miedo?- (Catherine Hardwicke, EE.UU., 2011)

Sobrevivir a... es un contenedor para comentar todas aquellas películas, series, libros, cómics, etc... que me parecen un bodrio insoportable.

Teniendo en cuenta que gracias a Stephenie Meyer (autora de Crepúsculo) las niñas de ahora tienen que elegir entre la necrofilia y la zoofilia para encontrar al "amor de su vida", era evidente que alguien adaptaría Caperucita Roja a los dictámenes de la moda de los vampiros gusiluz: hay una chica, hay un lobo y un trasfondo psicosexual, así que fácilmente se podía adaptar el relato al porno-romance (exceso de sentimentalismo barato sin sexo) zoofilíco.

Los habitantes de Daggerhorn viven atemorizados por culpa de un feroz lobo que matado a una joven, lo que atrae a un cazador que asegura que el pueblo está bajo la amenaza de un licántropo y que este es uno de sus habitantes. Valerie, la hermana pequeña de la chica muerta, tiene que lidiar con la pérdida, con un matrimonio concertado y con su verdadero amor mientras que en sus ratos muertos trata de averiguar quién es el hombre lobo y qué relación guarda con ella.

La película es totalmente insoportable por:

1. Esta dirigida al público equivocado: niñas que sueñan con un Edward o un Jacob. 
2. La directora busca repetir el éxito de su anterior película (Crepúsculo) a base de autoplagiarse descaradamente. 
3. Fracasa como película romántica, la historia de amor que se impone a la fuerza sobre todo lo demás es azucarada y cursi, ni emociona, ni cautiva, ni te hace sufrir por el destino (amoroso) de sus personajes, ni te hace suspirar deseando vivir un sentimiento tan fuerte. Vale que Amanda Seyfried le ponga cara de "te lo voy a comer todo" a su objetivo amoroso, pero no hay química entre ella y sus pretendientes, los tres resultan sosos, desganados y ni siquiera el conato de sexo en el granero hace que se te acelere el corazón.
4. Los dos “galanes” son FREOS (que es peor que ser feo) y ninguno tiene carisma ni atractivo para enamorar al público. Por eso nadie les recuerda. 
5. No hay terror ni tensión, porque el público al que se dirige solo pide pornografía sentimental y, como ya he dicho en el punto 3, ni eso se logra. 

Lo más frustrante de todo es que se deja entrever que podría haber sido una buena película de terror de serie B al más puro estilo de las producciones de Roger Corman o la Hammer Productions, los ingredientes están presentes: una ambientación tétrica, erotismo involuntario amplificado por la lúbrica mirada de la Seyfried y sus morritos, gore (fuera de plano, que no hay que asquear a las niñas), personajes excéntricos (esas uñas de plata bien podrían haberlas lucido Vincent Price si hubiera dirigido la peli Corman o por Christopher Lee si hubiera sido de la Hammer) y terror y paranoia; con mención especial para los momentos zoofílicos, ese lobo que intenta seducir a Valerie, e incestuosos. Pero cualquier elemento subversivo queda ahogado bajo el peso de una historia romanticona sensiblera e infantil y una gravedad impostada que hace que todo sea mucho más ridículo e insufrible.

Recomendada a: fans de Crepúsculo muy aburridas y poco exigentes con ganas hacerse un dedo. 

Lo peor: la desgana que desprende la película y que esté tan supeditada a los gustos del público equivocado. 

Lo + peor: lo ridículo que resulta ver a las “amigas” del personaje de Seyfried defendiéndola del lobo. 

Lo mejor: todo lo que podría haber sido.