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martes, 8 de octubre de 2013

Una familia con clase (Stephan Elliott, Reino Unido, 2008)

En ocasiones la muerte une mucho más que los lazos de sangre y la comedia no es más que la externalización del drama en su estado más patético y eso es, en mi modesta opinión, lo que estructura Una familia con clase: la muerte, y no solo en el sentido físico, sino también familiar, social, económico e, incluso, personal, es el pilar sobre el que se articula esta agradable comedia que toma la forma del choque de culturas (Reino Unido contra EE.UU.) para acercarse al espectador.

Para la familia Whittaker es un shock descubrir que su primogénito se ha casado de manera compulsiva con la americana Larita, una mujer mayor que él, fuerte, independiente y aventurera. La llegada del nuevo matrimonio a la señorial casa familiar favorecerá el inicio de una cruenta guerra entre Larita y su recién conocida suegra que salpicará a toda la familia.


Pero no nos pongamos tan serios, porque pese a que la muerte a tantos niveles planea sobre la película, Una familia con clase es una auténtica fiesta, un divertimento tan lleno de sarcasmo y mala leche como imperfecto, pero es tan simpática que uno solo puede perdonarle sus errores y disfrutar. Es imposible no gozar de la guerra que se establece entre el personaje de la muy altiva Kristin Scott Thomas y la eternamente sonriente ("dientes, dientes, que es lo que les jode", como diría cierta folclórica) Jessica Biel. La verdad es que los personajes están tan bien perfilados que es fácil comprender, que no apoyar, que para Veronica Whittaker (la Thomas) toda novedad que venga más allá de sus terrenos es una amenaza y todo lo que una vez estuvo entre esas cuatro paredes debe volver para que todo siga igual, del mismo modo que no cuesta nada ponerse de lado de Larita (la dientes Biel) con esos aires de cambio que trae consigo a una casa que necesita oxigenarse urgentemente para no ahogar a sus habitantes (que bien muestra esto la actitud los integrantes del servicio). Menos Ben Barnes con su cara de garbanzo arremojado, el resto del reparto también se luce, destacando a Colin Farrell en un personaje que desde su primera aparición en pantalla uno sabe que va a ser importante.

Tal vez lo que menos me ha gustado de la película es que si bien los diálogos son geniales y divertidos cuando tienen que serlo, el humor visual no funciona tan bien (quitando la escena del sofá y el "cojín improvisado"), no es tan chispeante y enérgico como debería. También me chirría mucho los momentos "de moderno" que se marca el director para lucirse. Me explico: utilizar canciones tan anacrónicas como Sex BombWhen the Going Gets Tough a ritmo de big band o foxtrot funciona como metáfora de los aires de cambio que Larita trae consigo y su rebeldía, pero tantos planos imposibles como los primeros planos a lentes, espejos y bolas de billar para mostrar a través de su reflejo la acción y algún que otro movimiento de cámara me sobran. Vale que se quiera dar un toque moderno a la película, pero se podría hacer de forma más afortunada e inteligente y no de un modo tan extravagante y  llamativo.

Una familia con clase es una película simpática, con un buen guión y actores, que funciona perfectamente como entretenimiento liviano que pese a sus reflexiones y drama consigue entretener sin moralinas.

Recomendada a: quien quiera pasar un buen rato.

Lo peor: cuando el director va de moderno de mierda. La presencia de Ben Barnes

Lo mejor: el resto del reparto, la ambientación y los diálogos.

Lo + mejor: el tango.

Lo + aún mejor: La banda sonora, de la que os dejo algunos ejemplos en mi tumblr musical para completar esta entrada.

2 comentarios:

  1. Pues estoy bastante de acuerdo contigo en los puntos negativos, tanto que la verdad es que no se los perdono y para mí la balanza se inclina claramente hacia lo malo.

    Y sí, la escena del tango está bien y la mayoría de los actores también (Ben Barnes es el marido de la chica? horrible, es verdad) pero no consiguen que me olvide de las modernes del director (que también me chirriaron un montón)

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    Respuestas
    1. Soportar a Ben Barnes es posible, pero las moderneces llaman tanto la atención sobre si mismas que te sacan de la película y eso no debería ocurrir.

      Eliminar

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