Reseña cine: Searching for Sugarman (Malik Bendjelloul, Suecia, 2012)

Searching for Sugarman fue la gran sorpresa cinematográfica del 2012, arrasando en festivales, ganando el Oscar al mejor documental y consiguiendo una larga carrera en taquilla. Como tuvo unas críticas muy favorables y se comentaba que había una sorpresa que hacia crecer la historia y por lo que había que llegar lo más virgen posible al visionado, pero ahora que la he visionado me ha despertado sentimientos encontrados. Más tras la sinopsis.

Searching for Sugarman cuenta la historia de dos hombres sudafricanos que durante su adolescencia se sintieron subyugados, al igual que muchos otros en su país, por Rodríguez, un misterioso cantante folk americano que terminó siendo el estardante involuntario de un movimiento contracultural contra el aparheid. Años después, ya adultos, estos fans deciden investigar sobre este cantante cuya leyenda cuenta que, debido al fracaso de sus dos únicos discos, se suicidio durante un concierto.

Searching for Sugarman es un buen ejemplo de lo malo que es el hype. Se habló tanto de este documental cuando se estrenó que tenía unas expectativas altísimas, decían que era tan especial que creí que gran parte de su éxito se debería a que huiría de los tópicos del formato, ofreciendo una narrativa distinta que lo convertiría en una experiencia especial, como El viaje del emperador. Pues no, Searching for Sugarman es un documental puro y duro. En un principio la historia es muy interesante, se narra la búsqueda de Rodríguez por parte de sus fans, se le sitúa en el movimiento folk (en una época posterior a la de A propósito de Llewyn Davis), gracias a declaraciones de dueños de discográficas y productores, y se dan algunos apuntes sociopolíticos de la Sudáfrica del aparheid, pero todo se cuenta a partir de bustos parlantes, fotografías y alguna imagen de archivo, resultando rutinario y, en algunos momentos, poco estimulante y aburrido.

De todas maneras es comprensible que gustara tanto, la historia se articula alrededor de la misteriosa figura de Rodríguez y el modo en el que se van desvelando los misterios alrededor del cantante se hace a cuentagotas, casi como si de un thriller se tratase, hasta llegar al momento cumbre. A partir de ahí la emoción hace acto de presencia y se convierte en la protagonista, ofreciendo una nueva imagen de Rodríguez alejada del misterio, pero muy humana y es justo entonces cuando este documental te enamora o te pierde... y en mi caso me perdió definitivamente por dos motivos: por un lado Rodríguez pierde gran parte de atracción al descubrirse el gran misterio y por otro el tono sensiblero me sobrepasó, la pornografía emocional que desprende me pareció innecesaria y excesiva.

En fin... Pese a algunas buenas canciones de Rodríguez, que no se puede negar que tenía cierto talento, el documental me ha decepcionado mucho por lo rutinario de la propuesta y la sensiblería que desprende en la parte final. Pero es que además hay ciertas incongruencias en lo que se cuenta, que despertaron mi curiosidad y la de David, así que al investigar descubrimos que, para poder centrarse en Sudáfrica y que todo sea más emocionante, el director deja al margen elementos de la vida de Rodríguez que hubieran chafado la historia, por lo que la sensación que queda si bien no es de estafa, sí que es de haber sido manipulado.

Recomendado a: fans del canal historia.

Lo peor: la superficialidad imperante y lo rutinario de su producción.

Lo mejor: las canciones de Rodríguez.