Reseña cine: Snowpiercer (Bong Joon-Ho, Corea del Sur, 2013)

Me encantó The Host, anterior trabajo de este director en la que jugando a hacer una peli de monstruos tipo Godzilla nos soltaba una crítica social demoledora mezclando ciencia ficción, terror, drama y comedia. Por ello, cuando supe sobre Snowpiercer gracias a los carteles en el metro de Paris tuve muchísimas ganas de verla, entre otras cosas por el morbo de ver que le habían dejado hacer a Bong Joon-ho en su primera producción de habla inglesa.

Intentando evitar el calentamiento global, los seres humanos han provocado una glaciación que casi extingue a la raza humana. Los pocos supervivientes conviven  en una sociedad con una marcada jerarquía social dentro de un tren que nunca se detiene . Sin embargo, los habitantes de los últimos vagones, hartos de vivir en condiciones infrahumanas, han decidido revelarse y plantarle cara al sistema establecido para que las desigualdades desaparezcan.

 

A primera vista podría parecer que estamos ante la típica superproducción hollywodiense destinada a reventar taquillas: futuro postapocalíptico, efectos especiales, acción, estrellas de cine en papeles destacados, etc, etc, etc. Pero nada más lejos de la realidad, porque pese a que Snowpiercer esté rodada en inglés y pensada para el mercado internacional, en realidad es una producción surcoreana y adapta una serie de novelas gráficas francesas tituladas Le Transperceneige (Rompenieves en España).

¿Y qué significa eso? Pues que por suerte no tiene nada que ver con las típicas americanadas que nos llegan desde el país de las barras y estrellas.

Que Snowpiercer nazca a partir de la unión de franceses y surcoreanos favorece que sea mucho más oscura, crítica y cruda, de echo tuvo problemas para estrenarse en EE.UU., donde finalmente paso por las pantallas de tapadillo.

Song kang-ho, un actorazo a descubrir.

Lo que ha provocado que la película viera frenada su carrera comercial, especialmente en EE.UU., donde querían un blockbuster ligerito para alimentar taquillas, es su critica hacia la sociedad actual. Esas diferentes clases sociales en las que se divide el tren, así como la explotación de los más pobres, la manipulación a la que someten a los habitantes más favorecidos (ya sea a través de la educación, la información o las comodidades que se les presta) y el totalitarismo, no se aleja tanto del aborregamiento al que se nos intenta arrastrar en estos momentos de crisis, donde las diferencias entre las clases sociales han crecido más que nunca y no se duda en manipular la información en los medios de comunicación en favor del gobierno de turno o como este cada vez impone más leyes para evitar que la gente pueda mostrar su disconformidad.

Los personajes tienen claroscuros que los hace mucho más ricos en matices. El héroe no es perfecto, sino es capaz de cometer grandes errores, errores que luego se convertirán en cargas de conciencia que no le dejarán ser completamente feliz, pero que tampoco lo detendrán a la hora de intentar conseguir sus objetivos. Lo mismo se puede decir del resto de los personajes, algunos son más nobles, otros más mezquinos, pero todos tienen sus dobleces y en cierta manera no es dificil comprenderlos, que no es lo mismo que ponerse de su parte.

Tilda Swinton totalmente irreconocible.

A Chris Ewans le sienta bien el papel de antihéroe sufrido, capaz de sacrificarlo todo por el bien común y junto a él hay que destacar a Jaime Bell (¡que le den más papeles ya!) John Hurt y Ed harris, aunque son Tilda Swinton y Song Kang-Ho quienes se dedican a robar cualquier plano de las escenas en las que aparecen, convirtiéndose en algunos momentos en los reyes de la función con unos personajes difíciles pero que consiguen resolver muy bien con sus interpretaciones y dotarlos de mucho carisma.

Snowpiercer es una película realmente espectacular, no solo por lo complejo y ambiguo de su mensaje, que la convierte en un blockbuster inteligente, sino porque resulta tan arrolladora como el tren en el que se ambienta. Visualmente consigue transmitir una sensación de claustrofobia muy fuerte pese a lo estilizado de la puesta en escena y los distintos cambios de estilo de cada vagón. Las escenas de acción no solo resultan adrenalíticas, sino que tienen una carga dramática que difícilmente se ve en este tipo de cine cuando viene de EE.UU., resultando mucho más densa de lo habitual en este tipo de productos.

A ver, no todo es bueno, hay alguna escena ridícula, ese duelo de disparos en la curva, o elementos argumentales que se no llegan a desarrollarse como debieran, como la capacidad de ver el futuro de uno de los personajes, pero las incoherencias en la historia y los momentos menos acertados se perdonan ante la intensidad de la peli y la carga dramática.

En fin... Es totalmente injusto que Snowpiercer no consiguiera el éxito de taquilla que se merece, no ya solo por aciertos como su estilizada puesta en escena, las interpretaciones o lo adrenalítico y dramático de sus escenas de acción, sino por la inteligencia que desprende y la ambigüedad de su final: ¿estamos ante una película con un discurso ultraconservador (no luches contra los estamentos establecidos porque podrías acabar con todo) o estamos ante una película que te empuja a luchar en favor de la esperanza aunque esta sea mínima?.

Recomendada a: quien ya este harto de Transformers y del blockbuster al estilo Michael Bay.

Lo peor:  que haya quien malinterprete los momentos más extraños y alocados de la peli, como la escena del vagón colegio, uno de los mejores y más tensos momentos.

Lo mejor: es pura energía y te mantiene pegado al asiento desde el principio hasta el final.