El nuevo auditorio... no he encontrado ninguna foto mejor que esta.
Hace poco que se ha inaugurado en mi localidad el nuevo auditorio, un edificio horrible, muy muy feo por fuera, duele verlo, pero claro, ese parece ser el precio a pagar por crear un edificio supermoderno que en cierta manera intenta tener cierto parecido con los de La Ciudad de las Artes y Las Ciencias de Valencia. La fachada es totalmente blanca, sin ningún otro adorno aparte de unos tubos de aluminio que la recorren de abajo a arriba y que le dan un aspecto de edificio en obras o de código de barras gigante.
La verdad es que no tenia mucha confianza en que el auditorio funcionara, el que en cuestión de horas se agotaran las entradas para los espectáculos gratuitos no era garantía de un buen futuro, ya que la mayoría de los espectáculos son pagando y yo se perfectamente que en este pueblo la gente es muy agarrada y les tira más lo gratuito que una tiza a un tonto, mientras que muestran una alergia feroz a todo aquello que se consiga pagando.
Cartel de "Los 39 Escalones" con Beatriz Rico.
Sin embargo me sorprendio que la sala estubiera llena para ver "Los 39 Escalones" adaptación teatral de la película homónima de Hithcock. La sorpresa se debió a varias razones, a saber: la sala era espectacular, grande, elegante y con unas butacas que si bien no son incomodas solo les falta ser un poco más anchas, además las paredes están recubiertas de madera, tiene una buena acústica, el escenario es grande y parece preparado para albergar todo tipo de representaciones. La sala esta llena, con algún pequeño hueco, lo cual se puede deber que a que los precios son inferiores a los de el teatro Olympia, que desde Valencia va a gestionar el auditorio. Y la tercera y última sorpresa fue, sin duda alguna, la obra en si misma.
Había visto varias veces la película adaptada, es, junto "Alarma en el expreso", uno de mis films favoritos de Hithcock porque no se toma en serio a sí mismo, es imposible tomarse muy en serio la historia que se nos cuenta y la obra consigue coger ese lado absurdo y potenciarlo en una comedia muy física, con un perfecto elenco de cuatro actores formado por Gabino Diego , Jorge de Juan, Diego Molero y Beatriz Rico.
Gabino Diego y Diego Molero
De los cuatro, Gabino Diego y Diego Molero interpretan a todos los personajes secundarios con los que Jorge de Juan se encuentra en su ventura por demostrar su inocencia frente a la falsa autoria que le imponen por el asesinato de una misteriosa espía y desbaratar los planes de una misteriosa organización que trata de extraer del país unos documentos pertenecientes al ejercito. Tanto Diego como Molero demuestran una capacidad impresionante para que cada uno de los personajes a los que interpretan tengan su propia personalidad, aunque eso si, desde el absurdo. Beatriz Rico también da vida a tres personajes femeninos y también demuestra una buena versatilidad y vis cómica, aunque no seria sincero si no reconociera que me quede con ganas de ver a Patricia Conde (Se Lo Que Hicisteis). Francamente, todos estuvieron muy bien y más teniendo en cuenta que esta obra supone un desgaste muy grande tanto para Gabino Diego y Diego Molero como para Beatriz Rico por el número de personajes que interpretan.
Otro punto a favor de esta obra se encuentra en un humor absurdo, autoreferencial y metalingüístico. No solo se hace referencia a las películas más famosas de Hithcock, referencias metidas con calzador, tan forzadas y desvergonzadas que solo pueden hacer reír, sino también a la estructura clásica del teatro y a su funcionamiento gracias a la utilización de sombras chinas, muebles, baúles y puertas que los actores arrastran por el escenario para crear nuevos espacios. Incluso los actores llegan a cambiarse de vestuario en el escenario, pues hay momentos que interpretan a más de un personaje al mismo tiempo.
Como se puede ver en esta imagen, el reparto tenia que dejarse las vergüenza en los vestuarios.
Algo que personalmente me gusto mucho fue la escenografía: simple y casi minimalista, con cuatro elementos la obra nos transporta de un apartamento de lujo a un teatro, pasando por un tren, una mansión, un páramo, una granja, un coche y alguna otra localización que ahora mismo no recuerdo. El problema de esto es que exige al espectador que utilice la imaginación (¿qué obra de teatro no lo hace?) y esto fue un punto muy negativo para una pequeña parte del público, que calificó la obra de incomprensible cuando el problema se encuentra en su falta de imaginación, de atención y de audición.
El único punto negativo que le encontré a la obra fue que en algún momento se me hizo algo larga, pero las risas y el buen hacer de los actores le quitan importancia a este hecho.
En fin, que es una obra muy recomendable que me demostró que el auditorio es mucho mejor de lo que pensaba que seria y que tiene suficientes recursos para albergar grandes producciones.
El fantástico reparto al completo.