Agosto está resultando terriblemente caluroso y eso, sumado a otras cosas, me impide pensar demasiado, así que he decidido seguir un meme de lo más refrescante que les he visto a Pepe Cahiers y a Miquel Zueras y que consiste en listar películas ambientadas en verano que a uno le gusten. Como ambos caballeros ya han llenado sus listas de grandes películas (pueden disfrutarlas
aquí y
aquí) y no quiero repetir ninguno de los títulos que han nombrado me parece, en un ataque de originalidad supina, optaré porque la mayoría de los títulos de mi lista sean cintas de serie B. Espero que les guste y si alguien quiere seguir con el meme avísenme, me gustara saber que películas escogen.
Piranha 3D (2010), el remake de Alexander Aja realizo del (¿)clásico(?) de Joe Dante es, sin duda alguna una de las películas más veraniegas que nos podemos echar a la cara: bañistas fiesteros descerebrados, calor sofocante, un lago (a falta de playa), refrescante cerveza, piel expuesta al sol alegremente para nuestro deleite y algún destete recreado y erotizado… ¿Se puede pedir más?
El verano de Kikujiro (Takeshi Kitano, 1999) Kitano se revelaba como un hombre sensible, más allá de la poética violencia de sus películas de yakuzas, con esta tierna película sobre un niño que decide, cual Marco, ir a recorrer mundo en busca de su madre. Pero Kikujiro es más pragmático y sustituye a Amedio por un yakuza retirado. Ternura, comedia y amabilidad a partes iguales.
La Casa Roja (Delmer Daves, 1947) Nos encontramos ante una curiosa mezcla de melodrama romántico juvenil (y no tan juvenil, esa melancólica mirada entre Ellen y el doctor que insinúa algo más) durante las vacaciones de verano, melodrama familiar, aventuras y terror. Tenemos a Meg, jovencita huérfana adoptada por los hermanos Pete y Ellen Morgan, enamorada de un compañero de clase, un bosque terrorífico que esconde una casa (roja) de la que se cuenta que esta maldita y que atrae a todo aquel que se interna en el bosque de noche, la buscona que intenta levantarle el chaval a la protagonista, un guardabosques algo perturbado y secretos, muchos secretos. Todo musicalizado por el gran Miklós Rózsa. No se puede pedir más.
Mi chica (Howard Zieff, 1991) La incluyo porque cada vez que la veo, siempre que la pillo en la tv, me hace llorar a moco tendido en la escena del funeral de Macaulay Culkin.
Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1890) ¿Qué sería de los veranos sin los slashers? Con ellos hemos aprendido que si tienes la regla o una herida sangrante no hay que bañarse en los ríos/lagos, que no hay que mantener relaciones sexuales ni beber, fumar o drogarse porque siempre aparece un asesino (humano o del más allá) para acabar con tu vida y demostrar, a lo bestia, que las advertencias de las cajetillas de tabaco son ciertas, que no hay que fiarse de la “amabilidad” de los extraños que viven en caserones en mitad de la nada y, sobretodo, hemos aprendido que no hay que ir nunca a un campamento abandonado donde murió ahogado un niño, porque la reinauguración será una fiesta de sangre y vísceras salvaje.
Fue un verano corto, Charlie Brown (Bill Melendez, 1969) Es cierto que ninguna adaptación animada esta a la altura de las tiras cómicas originales, más que anda porque las viñetas de Charles M. Schulz no contaban historias, sino estados de ánimo y en las versiones animadas hay que meter un argumento. Aún así que el autor original firme el guión de este cortometraje televisivo (vale, he hecho trampa, pero denme cuartelillo, que al menos no he metido de canto “Dentro del laberinto”) lo avala y le da suficiente caché para entrar en mi lista. Porque la peli lo vale.
Krámpack (Cesc Gay, 2000) La representación patria llega con este drama sobre la iniciación sexual de dos amigos de 16 años que ven sus hormonas alteradas por la playa, el calor, los cuerpos al sol, los oscuros objetos de deseo y la búsqueda de la sexualidad.
Campamiento Sangriento (a.k.a. Campamento de verano, Robert Hiltzik, 1983) Lo sé, es cutre a rabiar, pero solo porque en los títulos de crédito pone The killer….. As Hilmself (o algo así) ya se merece aparecer en la lista.
Picnic (Joshua Logan, 1955) O como hacer un melodrama romántico sobre un hombre cuyo sudor es tan ácido que deshace cualquier camisa que se ponga al tiempo que vuelve locas a todas las mujeres que le rodean. No se puede negar, en esta película William Holden se descamisaba con la misma facilidad con la que las botellas de ginebra desaparecían a su paso, Kim Novak da miedo cuando se le acerca bailando (parece un terminator vintage) y la cinta ha quedado anticuada, pero aún así es una película calurosa y llena de sensualidad. Rosalind Russell despierta toda mi ternura y compasión.
El Talento de Mr Ripley (Anthony Minghella, 1999) Como Miquel Zueras ya había incluido A pleno sol (René Clément, 1960) pongo en mi lista la única película que soporto de Minghella, más que nada porque es fiel a la novela, Jude Law esta inmenso como Dickie y consigue transmitir, hasta que la cosa se tuerce, la alegría de las vacaciones estivales.
¿Quién puede matar a un niño? (Narciso Ibañez Serrador, 1976) Termino con una de las películas de terror más importantes de nuestro país. Chicho juega con un sol que cae plano, el silencio, el calor y unos niños de lo más cariñosos y juguetones. Un consejo: si ven a unos críos jugando a darle a la piñata con un anciano colgado del techo salgan por patas. Obra maestra indispensable.