Tenía mucha curiosidad por leer este libro que parte de lo que en la TV americana se llama high concept, o lo que es lo mismo: una idea muy potente y arriesgada que intenta ser muy original y atrapar a su posible público desde esa propia idea. El problema de los high concepts es que pueden crear unas expectativas muy altas o que el desarrollo de la historia no esté a la altura de la idea original (¿os acordáis de la serie Flashforward? Pues padeció de ambas cosas). El corredor del laberinto corría esos riesgos, pero gracias a las reseñas y a la curiosidad decidí darle una oportunidad.
Thomas despierta desorientado y sin ningún recuerdo de su pasado en un lugar lleno de niños y adolescentes. Poco a poco va descubriendo que está en un claro en el centro de un laberinto y que nadie tiene recuerdos de su vida anterior a su llegada al lugar, por eso han creado un orden social para soportar la presión de vivir atrapados mientras buscan la salida del laberinto e intentan no cruzarse con las peligrosas criaturas que viven entre sus muros. Pero tras la aparición de Thomas llega una chica, la primera, y anuncia que todo va a cambiar. Thomas no sabe lo que eso significa, pero siente que ese cambio está relacionado con él y con su necesidad de convertirse en un corredor del laberinto.
Pues como os decía al principio me atraía de esta novela la idea de los adolescentes atrapados en el laberinto y los misterios que este escondía. Quería saber cómo el autor jugaba sus cartas para que la idea original no perdiera interés a lo largo de las páginas... Y he de admitir que al principio la lectura me resultó algo tediosa.
La primera mitad del libro se me hizo pesada y reiterativa, se toma demasiado tiempo para presentar a los personajes y describir el modo de vida en el claro, resultando demasiado introductoria. Además se abusa mucho de un recurso que no me gusta: el no contar nada al protagonista con excusas de lo más tontas, ¿tan difícil es para los clarianos (así es como se llaman a sí mismos los habitantes del claro) responder a las preguntas que Thomas les plantea? Vale que no tienen respuestas para todo, pero eso de “no te lo cuento ahora porque no me apetece/tengo que hacer otras cosas/no me caes bien/sospecho de ti" me parece una forma tosca de retrasar la resolución de algunos misterios. Por culpa de esto hay diálogos y situaciones que se repiten una y otra vez en cada ocasión que el protagonista pregunta a alguno de sus compañeros de cautiverio por algunos de los misterios del laberinto y estos se niegan a responder por tonterías. Había leído en varias reseñas que el ritmo es trepidante, pero durante la primera mitad del libro no me lo pareció pese a lo cortos que son los capítulos y a que estos acaben en cliffhanger.
Resultado: una primera mitad termina reiterativa y pesada, al retrasar de una manera artificial algunas respuestas se puede perder interés en los misterios y bastante pasiva, porque Thomas, ni ninguno de los otros personajes, apenas hace nada que haga avanzar la historia... hasta que el protagonista incumple una de las reglas, a partir de ahí la cosa se torna mucho más interesante.
Resultado: una primera mitad termina reiterativa y pesada, al retrasar de una manera artificial algunas respuestas se puede perder interés en los misterios y bastante pasiva, porque Thomas, ni ninguno de los otros personajes, apenas hace nada que haga avanzar la historia... hasta que el protagonista incumple una de las reglas, a partir de ahí la cosa se torna mucho más interesante.
Sí, cuando estaba pensando en dejar el libro, el protagonista por fin hace algo por si mismo más allá de ir de un lado a otro siguiendo a los demás y me volví a enganchar. Seguramente se debió a que empiezan a resolverse algunas incógnitas mientras se plantean otras nuevas para ir preparando el terreno a las siguientes entregas de la trilogía. Por fin los personajes hacen avanzar la historia y hacen gala de su personalidad e incluso de haber madurado enfrentándose a sus miedos, demostrando estar preparados a luchar contra los secretos del laberinto. Además, el ritmo, sin ser trepidante, se acelera bastante y pasan bastantes cosas, aunque de un modo un tanto precipitado. Esta es una de esas veces en las que, como lector, ser paciente tiene su recompensa.
En fin... El corredor del laberinto me parece un libro mal estructurado, con una primera mitad demasiado introductoria, pesada y reiterativa que retrasa muy mal algunas respuestas y explicaciones, pero por suerte el interés vuelve en una segunda parte más movidita e interesante. De todas formas me da la sensación de que todo está demasiado alargado y que lo que se cuenta podría haberse narrado en muchas menos páginas.
Recomendado a: quienes gusten de grandes misterios.
Lo peor: al principio la historia se hace algo pesada y me da la sensación de que se ha alargado demasiado y que podría contarse en muchas menos páginas.
Lo mejor: una buena idea que en algunas ocasiones parece quedarle grande al autor.
El dato: pese a que la segunda mitad de la novela me ha vuelto a enganchar me enfrentaré a las secuelas con menos expectativas, entre otras cosas porque Clara, del blog Imperdibles vaqueros, me comentó que le habían dicho que estas eran más flojas, especialmente la tercera.
xenxo1981@gmail.com