Espacio para contaros, con mi habitual falta de vergüenza y mucha egolatría, que me ha parecido tal y cual libro.
Con retraso, ya sabéis que suelo publicar las entradas entre las 23:00 y las 00:00, llega esta reseña de Crímenes imaginarios, una novela bastante curiosa de Patricia Highsmith en la que la escritora americana convierte el acto creativo de escribir en una realidad paralela que altera la vida de un grupo de personas.
Sidney y Alicia viven en la campiña inglesa. Él es un escritor que busca publicar su segunda novela mientras desarrolla guiones para series de TV junto a un amigo. Ella pinta y es la que sustenta el matrimonio gracias a la renta que le llega por parte de sus padres. Debido a las frustraciones y al deterioro de la relación, Alicia se muda a Brighton una temporada mientras Sidney sigue trabajando en sus proyectos. En busca de inspiración, Sidney finge matar a Alicia, actuando en consecuencia ante los demás, pero la fantasía parece volverse realidad cuando Alicia desaparece y todo el mundo sospecha que su marido la ha matado realmente.
Opinión
Crímenes imaginarios tiene todo lo que caracteriza a Patricia Highsmit: un ritmo lento, unos personajes detallados hasta el más mínimo detalle que se dejan llevar por sus pasiones más mundanas y una sensación de opresión y suspense que va creciendo poco a poco.
La historia empieza centrándose en el declive como pareja de Sidney y Alicia, los cuales han visto como sus sentimientos han ido deteriorándose por culpa de la falta de éxito profesional, las estrecheces económicas y la soledad de vivir en un lugar tan apartado. Highsmith se toma su tiempo para que conozcamos a la pareja y sus frustraciones, detallándonos sus anhelos y sus fracasos, tanto profesionales como personales. Consigue transmitir la necesidad de Sidney por triunfar en el mundo literario y televisivo, la frustración de Alicia ante una vida sin pasión ni amor y su necesidad por huir del pequeño mundo en el que parecen recluidos, al que recientemente ha llegado un poco de aire fresco en la forma de un atractivo hombre por el que se siente atraída y hace tambalearse su sistema de valores y su estancada vida.
Highsmith se toma su tiempo para mostrarnos la situación de la que parte la historia y la evolución de unos personajes complejos, especialmente Sidney y su obsesión por la creación literaria, por la que es capaz de crear una mentira y llegar a creérsela hasta el punto que prácticamente llegue a volverse real por una serie de coincidencias y mentiras colindantes. Posiblemente el ritmo puede ser demasiado lento para el lector impaciente, más acostumbrado a la acción que al desarrollo de la historia a partir de la descripción psicológica de los personajes, pero la verdad es que el libro no aburre en ningún momento gracias al suspense, las mentiras, las coincidencias, las revelaciones y los giros, que van aumentando la intensidad del relato según este se va acercando a su desenlace.
Lo que más me gusta de este libro son unos personajes llenos de aristas. Como es habitual en los libros de esta autora aquí no hay buenos y malos, sino personas complejas que se dejan llevar por unos sentimientos que se desatan y llegan a controlarlos, llevando a cabo actos que no siempre son los más adecuados o racionales y que ponen constantemente en tela de juicio su moralidad.
En fin...
Crímenes imaginarios es un ejemplo de todas las virtudes del estilo de Patricia Highsmith y uno de mis libros favoritos de la autora. Una historia sobre lo destructivas que pueden ser la ambición, el amor y la soledad, pero también sobre la creación artística y la obsesión que esta puede desatar en el creador.
Recomendada a: lectores que saben que la paciencia es una virtud siempre recompensada.
Lo peor: que el ritmo haga desistir de terminar la lectura a más de uno.
Lo mejor: los personajes y su desarrollo.