Empiezo con lo que me parece su mayor defecto: la falta de personalidad de Rob Marshall como director cinematográfico, que parece empeñado en ser el nuevo Bob Fosse. La influencia de
Cabaret y
All That Jazz es tan grande que
Chicago parece la película que Fosse quiso hacer de su montaje teatral de este musical y nunca pudo. Al igual que Fosse en estas dos películas, Marshall separa la acción "real" de la "musical", si Fosse metía las canciones de
Cabaret sobre el escenario del local donde canta el personaje de Liza Minnelli y en
All That Jazz en la cabeza de Joe Gideon, en este caso los números musicales forman parte del mundo imaginario que Roxie Hart crea para huir de una realidad que la aplasta, con una estructura que define el mundo real con una estética más realista y los momentos musicales se ambientan en un cabaret, creándose así dos realidades que se cruzan y se separan según al realidad se filtra en el mundo imaginario de Roxie. Es una lástima que más que dejarse influenciar por Fosse, Marshall le haya copiado en plan alumno ejemplar sin imaginación (cosa que le pasó factura con
Nine, donde intentó repetir jugada y se dio un castañazo considerable y con razón).
Pero también hay cosas muy muy buenas, el trío protagonista esta genial, por fin me creo a Richard Gere, su sonrisa es perfecta para ese abogado socarrón, oportunista y fantasma; Catherine Zeta-Jones es Velma Kelly, no solo físicamente, sino que además en su mirada consigue transmitir su sensualidad, su rencor y su desesperación por seguir en el candelero, pero también el miedo a morir en la horca o a dejar de ser famosa. Por su parte Renée Zellweger consigue que nos creamos la inestabilidad emocional de su personaje, su necesidad y desesperación de ser famosa, de destacar a cualquier precio, pero también su inocencia. De los secundarios es imposible dejar de hablar de John C. Reilly, que consigue que sientas lástima por su personaje, el único realmente bueno e inocente, capaz de perdonar y seguir adelante como si nada. El reparto consigue hacerte llegar el esfuerzo que han invertido y es imposible no quedarse embobado con Velma Kelly en
All That Jazz, compartir la ambición de Roxie en
Roxie (the Name on Everyone's Lips) o sentir lastimica por su marido en
Mr Cellophane.
Sin embargo lo que hace que Chicago sea realmente interesante más allá de las canciones y sus números musicales es una historia muy cercana a la de
Primera plana de Wilder. La película es una sátira muy oscura sobre la fama y el periodismo: las protagonistas intentan salvar su frágil cuello de cisne de la orca y aprovechar el escándalo levantado por los asesinatos que han cometido para conseguir fama y dinero, para ello el abogado que interpreta Richard Gere manipula a la prensa para que sus lectores, ávidos de noticias sensacionalistas y morbosas para escapar de sus vidas grises, crean que las dos asesinas no son más que pobres victimas de las circunstancias. El número musical
We Both Reached for the Gun muestra muy bien toda esta crítica: Roxie aparece como un muñeco de ventrílocuo mientras que los periodistas son marionetas manejadas por el abogado defensor de la misma.
Según avanza la película esta sátira se va volviendo más y más agresiva, hasta el punto en el que llega a ser tan grotesca que incluso es divertida. El final de la película tiene tanta mala leche que llega a ser aterrador, porque el mundo es así de cruel y es capaz de convertir en su bufón a cualquiera que sea capaz de exponer su drama y convertirlo en un circo mediático.
Recapitulando: Chicago necesitaba a un director que se atreviera a más, pero aún así es un musical lleno de sensualidad, mala leche, sarcasmo y un discurso terrorífico por ser real... pero lo que realmente atrapa son unos números musicales llenos de energía y un reparto entregadísimo.
Recomendada a: los fans del musical... y a los que lo odian.
Lo peor: que no la dirigiera Fosse, así no sería una copia.
Lo mejor: la banda sonora, su estética y números tan espectaculares como Cell Block Tango.
Lo + mejor: el trío protagonista, creo que nunca los veremos tan entregados e inspirados como en esta película.
Lo + sorprendente: la corta pero alucinante aparición de una histérica Lucy Liu.
P.S.: en
Banda Sonora Original para una fiesta imaginaria podéis encontrar una entrada especial con las canciones del musical que más me gustan.