Me encanta el cine de terror, aunque últimamente parece que este género ha decaído bastante por culpa de los remakes y reboots que no saben captar la esencia de sus originales. Por ello me llamó la atención Oculus, porque pese a reciclar elementos de los relatos del género más clásicas, las reseñas que me habían llegado eran muy favorables.
Cuando los hermanos Kaylie y Tim cuentan con 12 y 10 años respectivamente son separados al acusar al chico de haber matado a sus padres. Once años después, Tim sale rehabilitado del psiquiátrico donde ha estado internado y se reúne con Kaylie, quien le obliga a cumplir la promesa realizada justo antes de separarse: ayudarla a demostrar que las muertes de sus padres se debieron a la influencia de un espejo maldito, que ha sido recuperado por la chica, y después destruirlo.
Pues tras ver la peli me uno a las elogiosas reseñas que he leído. Puede que el planteamiento de Oculus no sea el más original (objeto maldito que lleva a la locura y a la muerte a sus dueños) y que algunas influencias son bastante explicitas (Terror en Amityville), pero no se puede negar que Flanagan juega muy bien sus cartas. Es cierto que durante los primeros 50 minutos somos bombardeados con un exceso de información sobre el espejo y sus anteriores victimas, además de detallarnos el plan de Kaylie para acabar con el objeto maldito, reciclándose gran parte del cortometraje original realizado por el mismo director, pero después la historia no solo no flojea, sino que va a más en cuanto a tensión.
Gran parte de que la cinta funcione es gracias al montaje en paralelo de los hechos acaecidos once años atrás, con la familia cayendo bajo el influjo del espejo, y los del presente con los hermanos tratando de demostrar lo que realmente le ocurrió con sus padres y de destruir la antigüedad. Así pues ambas historias, que al principio están separadas, poco a poco se van acercando, hasta el punto que ambas líneas temporales confluyen en un mismo espacio, uniéndose pasado y presente por culpa de la realidad deformada que refleja el espejo. La confusión resultante ayuda a crear una atmósfera cada vez más asfixiante, que hace que te preguntes que es lo que realmente está pasando y que sufras con los personajes, los cuales no reciben ningún tipo de piedad por parte de Flanagan (que ejerce tanto de director como de guionista y montador), hasta un final que pese a ser relativamente predecible, no deja de ser bueno y completamente cerrado, al contrario de lo que dicen algunas personas que no debieron prestar atención o no la vieron completa.
Las interpretaciones son un poco irregulares, Karen Gillan (recordada por Dr. Who) y Brenton Thwaites interpretan a los hermanos en la edad adulta, pero su trabajo queda ensombrecido por Annalise Basso y Garret Ryan Ewald, quienes interpretan a Kaylie y Tim de niños respectivamente y que resultan bastante más creíbles.
En fin... Oculus es un buen ejercicio de terror que recupera unas premisas clásicas y las actualiza sin demasiados efectismos baratos o grandes efectos especiales. Consigue entretener y crear tensión de una manera bastante artesanal, cosa que personalmente agradezco, y aunque tarda en arrancar en ningún momento deja de ser interesante en su primera parte y terrorífica en la segunda.
Recomendada a: amantes del terror más clásico y los que estén hartos de los efectismos y las cámaras caseras y de seguridad.
Lo peor: que no se tenga paciencia con el bombardeo de información de la primera parte de la película.
Lo mejor: el trabajo de Annalise Basso y la creciente tensión que se genera una vez la película se desmelena, aunque no tan salvajemente como podría.