Brave Story es la tercera película del Studio Gonzo y adapta la novela homónima de Miyuki Miyabe, la cual esta siendo editada en España en dos volúmenes por la editorial Quaterni
Sinopsis: Wataru, un niño de diez años, se introduce en un mundo fantástico llamado Vision, donde inicia la búsqueda de la Diosa del destino para que le conceda un deseo que le sirva para salvar la vida de su madre moribunda y que su familia vuelva a estar unida. Sin embargo no es el único humano que ha viajado hasta ese mundo para conseguir sus deseos.
Tengo sentimientos encontrados con esta película: por un lado me parece que el apartado técnico es perfecto: el diseño de personajes es simple pero carismático, los escenarios espectaculares, detallados y preciosistas y una animación realmente espectacular. Pero por el otro lado, y aquí viene el aspecto más flojo, no me convenció como esta desarrollada la historia. El inicio es demasiado lento para luego acelerarse demasiado en la búsqueda de las gemas y detenerse solo en unos pocos momentos, provocando esto que la evolución del protagonista se produzca un poco a trompazos y que los personajes secundarios pierdan el carisma que desprendían al ser introducidos en la historia resultando demasiado planos. Pero no solo eso, sino que el ritmo tan irregular de la película no nos permite disfrutar del mundo de Vision ni de sus criaturas, frustrando el sense of wonder que en un primer momento transmite cuando Wataru llega a Vision. La verdad es una lástima, porque de haberse desarrollado mejor la historia, la película hubiera quedado más equilibrada.
Sin embargo Brave Story cumple a la perfección su función de entretener y no se puede negar que tanto Wataru como Mitsuru con sus tribulaciones son una auténtica ancla para enganchar al espectador.
Recomendada a: los fans del manga, el anime y los Jrpg's clásicos.
Lo peor: el desarrollo e la historia, con un ritmo irregular que desperdicia a unos secundarios carismáticos y no permite ahondar en el mundo donde se desarrolla la historia.
Lo mejor: técnicamente es muy espectacular. Entretiene, que no es poco.