Más de mis cutrerreseñas, en este caso de mangas (y derivados) y animes. Preparaos para una orgía de violencia súper gore, tetas saltarinas y ojos enormes... ¡Que no! Lo que intentaré es demostraros que hay algo más tras esos tópicos.
No dejo de reseñar obras de la editorial Milky Way, parece que me tengan en nómina-¡ojala! guiño, guiño-, pero no, nada más lejos de la realidad, pero es que sacan mangas que casan muy bien con mis gustos, historias más adultas y con una sensibilidad muy características. Por eso, en cuanto supe que sacaban Undercurrent, no me lo pensé dos veces y me fui corriendo a la tienda de cómics más cercana.
La preciosísima portada de Undercurrent |
Sinopsis
Kanae Sekiguchi reabre el sentô* que regenta tras haberlo tenido cerrado cuatro meses, tiempo que hace que su marido desapareció sin dejar ningún rastro. La treinteañera ha decidido seguir adelante con su vida, aunque le reconcome no saber el destino de su marido y las razones por las que la ha abandonado. Como ella y una vieja empleada no pueden llevar solas el negocio, el sindicato les ha enviado a un hombre para que trabaje para ella, con quien empezará a estrechar lazos al tiempo que, por recomendación de una amiga, contrata a un detective para que busque a su marido.
*Baño público muy típico de Japón al que la gente va a tomar baños y a asearse.
Opinión
Undercurrent parte de una pregunta que la protagonista se hace a sí misma en diversas ocasiones: ¿realmente conocemos a las personas con las que compartimos nuestro día a día? A partir de aquí podría decirse que esta es una de esas obras que esta al servicio de una idea, supeditándolo todo a resolver la duda planteada, pero por suerte este manga de Tetsua Toyota va más allá.
Este manga de Toyoda se aleja de los elementos a priori más atractivos del manga: su dibujo no es espectacular pero aún así resulta reseñable gracias a unos escenarios muy detallados y realistas y a unos personajes tan sencillos como expresivos y bien caracterizados, la narrativa se aleja de la rapidez instantánea de otras obras para desarrollarse con una lentitud calculada y se adentra sin miedo en terrenos dramáticos que resultan realistas, explorando el sentimiento de perdida desde un prisma más maduro sin renunciar al humor que nace de la cotidianidad y las relaciones entre las personas.
Así pues nos enfrentamos a una historia que funciona a varias capas, por un lado es un slice of life, o, lo que es lo mismo, una historia que cuenta pequeños momentos de la vida cotidiana con un leve hilo conductor. Así pues vemos el día a día de Kanae al frente del sentô junto a sus dos empleados, a las visitas de los clientes habituales (con sus cotilleos y características) y los lazos que se establecen con ellos más allá del intercambio comercial. En este aspecto se nos muestra como se trabaja en los sentôs, a los clientes disfrutar de sus instalaciones, de las costumbres y relaciones que se establecen, de las pequeñas miserias y alegrías del día a día con sus pequeños toques de comedia. Por otro lado también es drama introspectivo y muy contenido en el que se realiza un retrato psicológico de Kanae, profundizando en sus miedos, dudas y secretos inconfesables. Vemos como la reconcome la posibilidad de no conocer las razones de su marido para abandonarla, las preguntas que se hace a sí misma sobre si realmente le conocía o si todo era una ilusión, su acercamiento a ese nuevo empleado que en cierta manera le recuerda a su marido o el miedo a no ser capaz de llevar el negocio pese a su fuerte carácter y su dedicación. Y para terminar también es un thriller en el que nada es lo que parece. A partir del mcguffin de la desaparición del marido, se desarrolla una búsqueda a dos niveles, la externa con el detective tratando de averiguar el destino del marido, y la interna, en la que Kanae no solo se interroga sobre el por qué del abandono de su pareja, sino que va profundizando en sí misma hasta desembocar en un suceso del pasado por el que tiene que perdonarse a si misma y que le demuestra que ni siquiera ella es totalmente sincera con quienes la rodean.
Sobre la edición solo puedo decir una cosa: maravillosa. Ya no parece haber errores de traducción (aún recuerdo como me sangraban los ojos con algunos diálogos de La chica junto a la orilla del mar - que algún día os reseñaré-), contiene páginas a color y pese a tener más páginas de lo habitual en un tomo de manga es muy cómodo de leer.
En fin...
Undercurrent no es una obra tan compleja como puede parecer a partir de esta cutrerreseña, sino un retrato de un personaje en busca de respuestas mientras observa el mundo que la rodea, con sus momentos serios y otros más cómicos que consiguen que la lectura sea amena e interesante, a la par que enternecedora ante las dudas de su protagonista y las cargas de conciencia que arrastra.
Recomendada a: quien quiera leer una historia llena de ternura y madurez
Lo peor: que no llame la atención a quienes busquen historias trepidantes, mucho humor o un dibujo espectacular.
Lo mejor: Kanae, un personaje femenino que decide dejar de ser pasivo y coger la vida por los cuernos, y las diferentes capas de la historia.