Me pongo en plan morboso y tomatero para hablarles de la Jenni: ¿especularé sobre si sus pechos son operados o alabaré su hermosa y arrebatadora mirada?, ¿hablaré de sus cejas? que fue depilárselas y ganar el oscar por "Una mente maravillosa". ¿O sobre su talento, aunque para ello necesite miles de entradas?. No, querid@s, no. No se si se habrán dado cuenta, pero hay un elemento recurrente en la filmografía de mi estimada Jenny que ha acabado siendo algo muy morboso por los problemas que le ocasiona... ¡¡EL AGUA!! Como ejemplo les pondré un mismo plano que se ha repetido en tres de sus películas:
Dark City (1998)
"Requiem por un sueño" (2000)
"Casa de arena y niebla" (2003)
Sí, la que esta de pie al final es la Connelly... o su doble de luces.
Los problemas con el agua empezaron en "Phenomena" (Dario Argento, 1985), película en la que se dedico a nadar en una piscina llena de cuerpos descuartizados de jovenzuelas mientras un psicópata deforme la observaba lascivamente.
Un caldo rico, rico y con fundamento oigan.
La verdad, tras este refrescante chapuzón no entiendo el asco que le daba caerse en el pantano del hedor eterno del país de los Goblins de "Dentro del laberinto" (Jim Henson, 1985). En 1990 lucia sus encantos en la sensual "Labios Ardintes" (Dennis Hopper), regalandole la vista al espectador con escenas tan refrescantes (por el agua) como la enlazada anteriormente o esta:
La Jenny sensual ante Don Johnson, Virginia Madsen también.
En "Requiem por un sueño" (Darren Aronofsky, 2000), no solo se paseaba por el muelle, sino que trataba de desahogarse gritando bajo el agua en su bañera, plano que Aronofsky vio en la película "Perfect Blue" (Satoshi Kon, 1998), película cuyos derechos compró solo para utilizar ese plano:
Pero el colmo de la relación entre la Connelly y el agua llegó con "La huella" (Walter Salles, 2005), remake de la nipona "Dark Water" (Hideo Nakata, 2002) donde interpretó a una recién divorciada, marcada desde su infancia por el abandono de su madre, que se muda con su hija de corta edad a un edificio donde empiezan a suceder extraños sucesos relacionados con el agua (por cierto, no dejen de ver su precioso cartel japones clickando aquí):
Esto si son goteras y lo demás tonterías.
Pero lo realmente morboso es descubrir que... ¡¡¡Daniel Day-Lewis es la madre de Jennifer Connelly!!!