Espacio para contaros, con mi habitual falta de vergüenza y mucha egolatría, que me ha parecido tal y cual libro.
Hay libros que te llaman poderosamente la atención con la portada y La casa de arenas movedizas es uno de ellos gracias a esa gothic lolita de pelo verde, cuernos de ciervo y una cabeza de muñeca como parche ocular, pero es que si te paras a leer el nombre del autor -que me parece maravilloso, especialmente si no es un seudónimo- y su sinopsis, sabes que estas perdido y tienes que leerlo, sobretodo cuando aparece el termino bizarro como género literario.
Sinopsis
Polly y Pulga no conocen a sus padres pese a vivir en la misma mansión que ellos, están confinados en la guardería, sus habitaciones particulares, bajo el cuidado de la tata Warburough y con la prohibición de no salir nunca al pasillo, pues el resto de la casa esta llena de monstruos que los despedazarían. Aún así todos los días van al colegio y esperan el momento en el que sus padres irán a recogerlos, momento que parece que se retrasa porque Polly ha crecido demasiado y a penas cabe en su cama y su ropa y le han salido unos cuernos de ciervo que indican que ha llegado a su adolescencia.
Sin embargo un día se ven obligados a salir de la guardería y embarcarse en un viaje que les llevará a responder todos los interrogantes que se habían hecho sobre sí mismos, la casa y sus padres.
Opinión
Gracias a este libro he descubierto el bizarro, un género en alza en el que todo cabe en su búsqueda por sorprender al lector y del que Carlton Mellick III es uno de sus máximos representantes.
Solo te lo voy a decir una vez: empezar el 2018 con este libro ha sido un error, porque me ha puesto el listón muy alto para mis siguientes lecturas.
La casa de arenas movedizas puede engañar: igual uno lee superficialmente la sinopsis y puede pensar que esta ante otra distopía juvenil, pero recuerda, Carlton Mellick III es el abanderado del bizarro y en el bizarro lo que se lleva es mezclarlo todo con tal de sorprender al lector. Así pues, estamos ante una distopía de ciencia ficción que cuenta una historia de iniciación, con dos hermanos que tendrán que lidiar con primeros amores, matones de colegio y cambios hormonales que incluyen, entre otras cosas, cuernos de ciervo. También es una historia de terror, con tres niños atrapados en una mansión que desconocen, rodeados de una amenaza invisible pero letal... Y muchas otras cosas, porque esto funciona así, por acumulación de géneros y preguntas que el lector va amontonando a la espera de que Mellick III las responda.
Y claro, al principio parece que la cosa funciona por acumulación de situaciones y personajes extraños que parecen suceder por capricho del autor, pero cuanto te quieres dar cuenta te tiene enganchado, porque estas tan perdido como Pulga y Polly y necesitas saber que secretos oculta esa enorme mansión en lo que nada es lo que parece, así que cuando te quieres dar cuenta te tiene totalmente enganchado.
De entre sus muchas virtudes hay dos que destacan especialmente, logrando que la lectura sea tan adictiva: por un lado todos hemos sido Polly y Pulga porque hemos pasado de ese caos controlado que es la infancia a la adolescencia, donde miles de cambios nos afectan en todos los sentidos, haciendo que nos sintamos extraños no ya solo en nuestra casa, que ya no es tan nuestra porque empezamos a tomar conciencia que es de nuestros padres, sino también respecto a nuestro cuerpo y mente por culpa de los cambios físicos, emocionales y hormonales tan propios de esa transición hacia la edad adulta. Este es un tema que Carlton Mellick III trata maravillosamente bien, logrando transmitir ese sentimiento de extrañeza que todo adolescente padece y logrando que nos sintamos reflejados en sus protagonistas. Por otro lado tenemos el universo que plantea, al principio todo es estrafalario y apunta a una especie de distopía futurista desconcertante por alternar elementos tan conocidos como la convivencia de Pulga con sus compañeros de clase con otros más estrafalarios como las máquinas que ayuda a su tata a cuidarlos o la amenaza que no les permite salir de sus habitaciones y que solo podrán burlar cuando sus padres vayan a buscarlos. Como dice el refranero español: los árboles no dejan ver el bosque, pero toda la supuesta arbitrariedad con la que en un principio parece que avanza la historia se va asentando poco a poco, dándonos pequeñas perlas sobre lo que puede estar ocurriendo para que vayamos asimilando lo que sucede hasta llegar a la parte final y encontrarnos con todas las cartas boca arriba.
En fin...
La casa de arenas movedizas es una de esas lecturas que logran sumergirte en el mundo que plantea y que lo vivas con la misma intensidad que sus personajes gracias a una atmósfera tan sugerente como sorprendente. Es un libro terriblemente bien escrito, con una narración ágil y aparentemente sencilla mientras toca temas nada sencillos como el paso de la infancia a la adolescencia, la búsqueda de uno mismo, el despertar sexual o el miedo a crecer con la misma sinceridad y emotividad que cualquier coming on age... solo que de un modo más particular.
Recomendado a: quienes busquen una lectura sorprendente y original.
Lo peor: no darle la oportunidad que se merece.
Lo mejor: la capacidad que tiene para meternos en la historia.
Sinopsis
Polly y Pulga no conocen a sus padres pese a vivir en la misma mansión que ellos, están confinados en la guardería, sus habitaciones particulares, bajo el cuidado de la tata Warburough y con la prohibición de no salir nunca al pasillo, pues el resto de la casa esta llena de monstruos que los despedazarían. Aún así todos los días van al colegio y esperan el momento en el que sus padres irán a recogerlos, momento que parece que se retrasa porque Polly ha crecido demasiado y a penas cabe en su cama y su ropa y le han salido unos cuernos de ciervo que indican que ha llegado a su adolescencia.
Sin embargo un día se ven obligados a salir de la guardería y embarcarse en un viaje que les llevará a responder todos los interrogantes que se habían hecho sobre sí mismos, la casa y sus padres.
Opinión
Gracias a este libro he descubierto el bizarro, un género en alza en el que todo cabe en su búsqueda por sorprender al lector y del que Carlton Mellick III es uno de sus máximos representantes.
Solo te lo voy a decir una vez: empezar el 2018 con este libro ha sido un error, porque me ha puesto el listón muy alto para mis siguientes lecturas.
La casa de arenas movedizas puede engañar: igual uno lee superficialmente la sinopsis y puede pensar que esta ante otra distopía juvenil, pero recuerda, Carlton Mellick III es el abanderado del bizarro y en el bizarro lo que se lleva es mezclarlo todo con tal de sorprender al lector. Así pues, estamos ante una distopía de ciencia ficción que cuenta una historia de iniciación, con dos hermanos que tendrán que lidiar con primeros amores, matones de colegio y cambios hormonales que incluyen, entre otras cosas, cuernos de ciervo. También es una historia de terror, con tres niños atrapados en una mansión que desconocen, rodeados de una amenaza invisible pero letal... Y muchas otras cosas, porque esto funciona así, por acumulación de géneros y preguntas que el lector va amontonando a la espera de que Mellick III las responda.
Y claro, al principio parece que la cosa funciona por acumulación de situaciones y personajes extraños que parecen suceder por capricho del autor, pero cuanto te quieres dar cuenta te tiene enganchado, porque estas tan perdido como Pulga y Polly y necesitas saber que secretos oculta esa enorme mansión en lo que nada es lo que parece, así que cuando te quieres dar cuenta te tiene totalmente enganchado.
De entre sus muchas virtudes hay dos que destacan especialmente, logrando que la lectura sea tan adictiva: por un lado todos hemos sido Polly y Pulga porque hemos pasado de ese caos controlado que es la infancia a la adolescencia, donde miles de cambios nos afectan en todos los sentidos, haciendo que nos sintamos extraños no ya solo en nuestra casa, que ya no es tan nuestra porque empezamos a tomar conciencia que es de nuestros padres, sino también respecto a nuestro cuerpo y mente por culpa de los cambios físicos, emocionales y hormonales tan propios de esa transición hacia la edad adulta. Este es un tema que Carlton Mellick III trata maravillosamente bien, logrando transmitir ese sentimiento de extrañeza que todo adolescente padece y logrando que nos sintamos reflejados en sus protagonistas. Por otro lado tenemos el universo que plantea, al principio todo es estrafalario y apunta a una especie de distopía futurista desconcertante por alternar elementos tan conocidos como la convivencia de Pulga con sus compañeros de clase con otros más estrafalarios como las máquinas que ayuda a su tata a cuidarlos o la amenaza que no les permite salir de sus habitaciones y que solo podrán burlar cuando sus padres vayan a buscarlos. Como dice el refranero español: los árboles no dejan ver el bosque, pero toda la supuesta arbitrariedad con la que en un principio parece que avanza la historia se va asentando poco a poco, dándonos pequeñas perlas sobre lo que puede estar ocurriendo para que vayamos asimilando lo que sucede hasta llegar a la parte final y encontrarnos con todas las cartas boca arriba.
En fin...
La casa de arenas movedizas es una de esas lecturas que logran sumergirte en el mundo que plantea y que lo vivas con la misma intensidad que sus personajes gracias a una atmósfera tan sugerente como sorprendente. Es un libro terriblemente bien escrito, con una narración ágil y aparentemente sencilla mientras toca temas nada sencillos como el paso de la infancia a la adolescencia, la búsqueda de uno mismo, el despertar sexual o el miedo a crecer con la misma sinceridad y emotividad que cualquier coming on age... solo que de un modo más particular.
Recomendado a: quienes busquen una lectura sorprendente y original.
Lo peor: no darle la oportunidad que se merece.
Lo mejor: la capacidad que tiene para meternos en la historia.