Google Adiós al TELES | Rebotando de una cosa a otra
Rebotando de una cosa a otra

Literatura, cine, cómics, televisión, música, amigurumis, anime, antropología barata, opiniones y todo lo que se me ocurra.

viernes, 21 de junio de 2013

Adiós al TELES

El TELES es un superviviente, un videoclub enorme en el centro de valencia, a cuatro pasos de la plaza España que descubrí hace casi un año gracias a mi santo.

Y ahora cierra. 
Evidentemente no soy la persona más adecuada para escribirle un epitafio porque no le saqué todo el provecho que debiera, pero aún así no puedo dejar pasar esta última ocasión para hablar de este lugar que desde la primera vez que visité me pareció un templo del cine, un lugar de visita obligada para cualquier cinéfilo o simplemente para cualquiera que quisiera marcarse un sofá+manta/refresco+peli.
El TELES, como ya he dicho, era un videoclub enorme. Estaba dividido por zonas según su curiosa calificación, en las que podías perderte horas y horas mirando sus estanterías llenas de películas (algunas con dos y tres filas de caratulas). Las sorpresas estaban aseguradas: desde encontrar joyas de cine ya casi olvidadas a curiosidades no muy conocidas, cine de autor, el último blockbuster de la temporada, anime, series de tv, documentales, un altar al cine del oeste o la famosa "zona prohibida" (o, lo que es lo mismo, la sección X que pese a estar escondida en un pequeño habitáculo se sabía que había alguien dentro porque para llegar allí había que pasar por delante de las series de TV donde el suelo crujía).

Era tan querido que incluso el grupo local Sokolov le dedicó una canción.

Recuerdo lo mucho que me divirtió encontrar Thirteen, con esa portada de las dos protagonistas mostrando su piercing en la lengua mientras te miran desafiantes entre las películas de Hilary Duff, Selena Gomez o la última estrellita del Disney Channel.
Sí, esto estaba entre las películas para el público infantil-juvenil femenino
y nunca supe si era un error o ironía descarada.
Flipe con Santi, el empleado que se sabía de memoria todas las películas que albergaba el lugar y al que si le preguntabas algo podía estar horas y horas recomendándote cintas.
Encontré mi lugar soñado con la sala dedicada al cine de terror y de serie B,  donde podías encontrar desde los giallos más sangrientos y absurdos a los slashers ochenteros, pasando por el terror de diseño actual o el fantástico más bizarro.
Ahora me arrepiento de no haber explotado la sección de cine oriental, lleno de películas con actores de ojos rasgados que iban desde la acción de Bruce Lee al drama contenido de Kim Ki-duk pasando por la extraña evolución de Takeshi Kitano entre otras muchísimas películas.
También había un montón de anime y ahora no podré hacer un ciclo Ghibli entre mis películas y las que hay allí.
Famosas eran las chicas de Juan, como bien dice la canción, que eran contratadas como "aprendizas" y que siempre sospechamos que en realidad solo estaban allí para lucir palmito mientras te cogían la caratula que daba al dueño del local para que este te buscara el dvd y luego te cobrara.
Bueno y luego estaba Juan, apenas hablé con él más allá de un "hola" o "gracias" cuando iba con mi santo al TELES, pero me sorprendió que la razón que nos dio para cerrar era que no quería subir los precios. El alquiler de novedades era de 1'50 y del resto de películas a 1'25, así que no entiendo por qué no iba más gente, la verdad.
Ahora están vendiendo las películas y no cerrarán definitivamente hasta dentro de un mes más o menos. Es una lástima, llevaba abierto desde 1986 y se podría decir que era como un templo del cine. Desprendía amor por el séptimo arte.

Se le echará de menos las tardes aburridas y las noches de invierno dedicadas al sofá + peli.

Descanse en paz.

TELES
RIP
1986-2013

P.S.: Por si alguien quiere aprovechar para comprar algunas de sus joyas aquí os dejo la dirección:  Carrer de San Francisco de Borja, 14, Valencia.

1 comentario:

  1. Estas cosas me dan mucha pena. Y me da mucha pena tener que descubrir este sitio cuando va a cerrar : (

    A mí de pequeña me encantaba ir al videoclub. Y con unos añitos más, adolescente ya, igual. Y en mi adolescencia aún no me gustaba el cine como ahora ni de lejos, pero creo que una semillita había, porque me podía pasar las horas muertas paseándome por el videoclub. Me encantaba mirar las películas, descubrir nuevas... No sé, tenía algo muy mágico.

    En mi pueblo que yo sepa, solo queda un videoclub abierto. Puede parecer un poco hipócrita que me de pena que cierren un videoclub cuando hace años que no piso uno, pero es que, al que iba yo, tenía los precios muy disparados. El único que queda me pilla a tomar viento de mi casa, y las veces que he pasado por delante, los precios también muy caros.

    Pero por 1'50 o 1'25...yo desde luego, si lo tuviera cerca, iría, aunque utilice las descargas. Por ese precio, merece mucho la pena. Y es que, además, lo dicho: pasearse por un videoclub tiene algo mágico. Y las cosas que descubres allí...

    En fin, parece que solo hay noticias tristes sobre cine últimamente.

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